Eres una presencia habitual en los Winter Cycling Congress. ¿Cómo definirías este evento?
En efecto, he acudido a estos congresos en distintas ocasiones, incluyendo el primero de todos, que se celebró en Oulu, Finlandia. El congreso aspira a compartir información sobre ciclismo invernal, y suelen acudir urbanistas, ingenieros, expertos en derecho ciclista o, simplemente, amantes de la bicicleta como yo. Siempre he salido del congreso lleno de inspiración, porque es una buena oportunidad para descubrir nuevas ideas procedentes de todo el mundo que uno luego puede aplicar en su ciudad.
El siguiente Winter Cycling Congress será en Calgary, Canadá…
¡Sí, es la ciudad donde llevo viviendo toda mi vida! Calgary tiene una muy buena red de caminos ciclistas recreaciones, pero no cuenta con tanta tradición en lo que respecta a carriles bici orientados al transporte. En todo caso, la ciudad ha hecho grandes avances durante los últimos tiempos, creando una red de carriles bici separados de los coches. En cuanto al ciclismo invernal, es fantástica la importancia que se le da a mantener libres de nieve y hielo los carriles bici… Es verdaderamente sencillo cruzar la ciudad pedaleando, sin que importe el frío que haga o la nieve que haya caído.
¿Es Calgary, entonces, un buen lugar para pedalear?
Bueno… No del todo. No todavía. Necesitamos más infraestructura en las afueras de la ciudad, y desde luego una mejor conectividad. Pero los avances de los últimos años me hacen ser optimista.
“La infraestructura es crucial para pedalear seguro en invierno”
¿Cómo crees que está evolucionando el ciclismo urbano en el mundo?
Está creciendo en cada vez más ciudades del mundo. Creo que, volviendo al tema estacional, cada vez más gente se ha dado cuenta de que montar en invierno no es tan distinto a hacerlo en verano, siempre que las vías ciclistas cuenten con un buen mantenimiento por parte de las autoridades. La infraestructura es crucial para pedalear seguro en invierno, más todavía que en verano. Con buenos carriles bici, no es tan complicado moverse en bici como mucha gente piensa.
¿Qué ciudades crees que destinan mayores y mejores recursos al ciclismo urbano invernal?
Creo que, en Europa, la finlandesa Oulu es el mejor ejemplo. Llevan construyendo buena infraestructura desde hace décadas, y es el lugar del mundo donde mejor despejan los caminos de nieve. Creo que en las ciudades de mediano tamaño en Suecia pasa algo parecido. En Copenhague no nieva tanto, pero es indudable que es uno de los mejores sitios para pedalear durante todo el año. En cuanto a Norteamérica, Montreal y Minneapolis son dos fantásticas ciudades para moverse en invierno. Montreal tiene la mejor infraestructura ciclista de toda Norteamérica, y en los últimos tiempos se está intentando mantenerla en los meses más fríos. En Minneapolis hay una potente cultura ciclista local, que ha aprendido a amar la bicicleta sin importar la estación del año.
En países como España pedalear en invierno le parece descabellado a casi todo el mundo. ¿Por qué?
Por dos motivos. El primero es la escasez de infraestructura: es muy difícil moverse en bicicleta por una ciudad que no está preparada y no ofrece seguridad para el ciclista. La segunda es, simplemente, que a la gente acostumbrada a la nieve, al frío extremo, le cuesta y asusta menos hacer cualquier cosa.
¿Siempre te has movido en bicicleta en invierno?
Empecé a hacerlo hace unos 15 años, porque odiaba verme atrapado a diario en atascos con mi coche. Me di cuenta de que al pedalear tu propio cuerpo genera calor, por lo que no tienes tanto frío, y empecé a usar neumáticos especiales para poder rodar incluso sobre la nieve. Cuando empecé a montar en invierno me asustaba ver que el termómetro marcaba diez grados bajo cero, pero ahora puedo salir a pedalear hasta con -30º sin demasiados problemas. Es más: recuerdo algunos paseos memorables a esa temperatura, con una fat bike y ruedas con clavos, cruzando un lago helado en el archipiélago Ártico de Canadá. Pero todo eso es extremo: la mayor parte de los días de invierno me limito a pasear lleno de placer, contemplando la belleza del paisaje, con el silencio interrumpido por el sonido de la nieve aplastada y sintiendo el calor de mi cuerpo al pedalear.
¿Un consejo? Mantén tus pies calientes: tener los pies fríos puede arruinar tu paseo”
En 2014 publicaste un libro, Frostbike: The Joy, Pain and Numbness of Winter Cycling‘ (Frostbike: la alegría, dolor y adormecimiento del ciclismo en invierno). ¿Por qué?
Quería responder una pregunta: ¿moverse en bicicleta en invierno es algo razonable o, simplemente, una locura? Y creo que, al escribirlo, me di cuenta de que un montón de gente ya estaba dándome una respuesta montando en bici todos los días. Fue muy bien acogido en todo el mundo, y creo que todavía más personas se dieron cuenta de que no, de que no es ninguna locura. Gente muy razonable lo hace, y no es tan duro como tantos otros piensan.
Ya para terminar… ¿puedes darnos unos cuantos consejos para pedalear en invierno?
Por supuesto. El primero es que mantengas tus pies calientes: tener los pies fríos puede arruinar tu paseo. El segundo es que, si es necesario uses neumáticos especiales, con clavos incluidos si vas a montar sobre mucho hielo, porque te evitarán caídas. El tercero es que te sumes a algún grupo activista de tu ciudad, para intentar mejorar las infraestructuras y que las mantengan en buen estado en invierno. Y el cuarto es que no tengas miedo: sobre una bici, es fácil entrar en calor. Hay un montón de accesorios que te lo harán mucho más fácil. Y vale la pena: hay algo mágico en el hecho de pedalear a través de la nieve.