Hablamos también de una propuesta urbana, con bastante parecido estético con el modelo mencionado. El prototipo tiene cambio de dos marchas, transmitidas por una correa dentada en lugar de cadena (algo que comparte con la Commuter 7.0, y que promete más limpieza y comodidad de uso).
Sin embargo, quizá lo más llamativo son las luces integradas, los pedales antideslizantes, los guardabarros, el sistema antirrobo integrado o, sobre todo, la cesta extraible para llevar objetos. Según la marca, un cóctel cuyo “principal reto era transmitir las características típicas de la marca, como la competitividad, el diseño o la funcionalidad a un producto urbano”.
Especial atención merece, sin duda, la cesta, que parece haber sido diseñada con especial mimo. Según nos sugieren las imágenes tendría un asa para transportarla cuando no está integrada en el frontal de la bici, ofrece un considerable tamaño y parece idónea para transportar los útiles cotidianos o, incluso, hacer una pequeña compra.
Una bicicleta tan atractiva sería, por supuesto, objeto del deseo de los ladrones, por lo que Canyon parece tomarse también muy en serio la seguridad. La marca alemana propone un candado directamente integrado con el cuadro, además de un sistema de códigos QR para localizar a través del teléfono móvil más fácilmente la bicicleta en caso de robo.