La sed no es una buena compañera de viaje. Tampoco las prisas. En el frenético ritmo urbano, en el que a veces se hace imposible parar a tomar un café o un refresco, este sujetavasos ciclista es una buena opción para aquellos que quieran llevar de forma segura y tranquila su bebida sobre ruedas.
Su creador es el neoyorquino Matt Cavanaugh, responsable del estudio de diseño Death At Sea Bicycle, con sede en el mítico barrio de Brooklyn. Una firma que suele trabajar con materiales industriales y que apuesta por la creación de productos urbanos exclusivos a la vez que prácticos.
Fabricado de caucho de silicona (un material elegante y muy flexible), este sujetavasos se acopla fácilmente en el cuadro, sin interferir en el pedaleo. Al estar situado junto al manillar, el ciclista puede acceder cómodamente a él, sin necesidad de inclinarse.
Está disponible en color negro y cuenta con unas dimensiones de aproximadamente 10x10x12 cm. Su precio: unos 50 dólares (unos 40 euros).