No hay límites. Con una bicicleta adecuada, un buen método y mucha ganas, todas las personas con alguna discapacidad cognitiva pueden montar en bici. Esa es la filosofía de Strider Bikes, unas bicicletas especiales sin pedales para trabajar el equilibrio que se adaptan a las diferentes necesidades de sus usuarios, ofreciéndoles la oportunidad, además, de jugar e interrelacionarse socialmente.
“Hemos conseguido que muchas personas con síndrome de Down, autismo, bajo tono muscular, problemas de equilibrio, artrogriposis o parálisis cerebral se conviertan en entusiastas ciclistas”, afirman sus responsables en la página web.
Cuestión de equilibrio y voluntad
Fabricadas especialmente para garantizar un aprendizaje seguro y natural, esta bicicletas permiten al usuario apoyar los pies (algo tan sencillo como caminar) y maniobrar de forma progresiva y cómoda. Un aprendizaje necesario y muy divertido que le ha devuelto la sonrisa a más de uno.
“Es bastante sorprendente, no todos los días un ciego llega a montar en bicicleta“, afirma Logan Kieffer, un joven de 19 años impedido visulamente que se ha hecho recientemente con una bicicleta especial gracias a una campaña solidaria promovida por Strider. “Antes dependía excclusivamente de un bastón y un autobús como medios de transporte”.