Pedalear rápido, pensar rápido. De la misma manera que usando la bicicleta con asiduidad mejoramos nuestra agilidad y resistencia física, el cerebro también gana destreza a golpe de pedal. Esa es la principal conclusión de un estudio que ha demostrado que la parte instintiva del cerebro responde más rápido en situaciones de estrés que el resto de personas en el caso de las personas que hacen deporte frente a las que tienen una vida sedentaria.
El estudio, realizado por la compañía de neumáticos Dunlop en colaboración con el profesor Vincent Walsh del London University College, llevó a cabo una prueba visual cronometrada, en la que los sujetos del estudio debían identificar con rapidez formas y dibujos tras un episodio de estrés. El grupo de deportistas reaccionó un 82% más rápido que la población general. Incluso en condiciones de agotamiento, las personas más activas tenían un rendimiento 10% superior, frente al 60% de las menos activas.
También se realizó una prueba de presión psicológica, en la que las personas que hacen deporte frecuentemente también superaron a los que no practican ningún tipo de actividad física: obtuvieron unos resultados de un 25% de mayor agilidad y un 33% de mayor precisión.
John McGuinness, piloto de motos, Leo Houlding, escalador, Sam Bird, piloto de coches, Alexander Polli, paracaidista, y Amy Williams, medalla de oro de bobsleigh, fueron algunos de los participantes en el estudio.