Bart Brentjens se proclamó, en los Juegos de Atlanta de 1996, primer campeón olímpico de MTB. Lo hizo sobre un Flite. El también legendario Marco Pantani obtuvo su famoso doblete de 1998, cuando se proclamó ganador de Giro y Tour, a lomos de un Flite personalizado. Otros nombres legendarios como Alexandre Vinokurov y Cadel Evans consiguieron sus grandes éxitos sobre el mismo sillín, que es todavía el elegido por campeones como Mathieu van der Poel o Caleb Ewan.
La tradición continúa: el nuevo Selle Italia Flite mantiene las formas planas para el apoyo que tanto han gustado desde siempre a sus usuarios, pero implementa el diseño Boost de Selle Italia, con una punta del sillín 27 mm más corta, quedando su longitud en 247 mm. No es un mero detalle estético o el afán por seguir alguna moda, sino la elección de los ingenieros para que el ciclista pueda encontrar la posición ideal fácilmente y, por tanto, mejorar su estabilidad y confort al tiempo que su adaptabilidad y eficiencia se ven aumentadas.
El Flite Boost está disponible en dos versiones, Fill y Superflow (con o sin canal), siendo lo que Selle Italia determina como categorías 1 y 3 mediante su sistema idmatch para identificar sus productos. Además, cuenta con dos tallas: S para ancho de 135 mm y L para el de 145 mm.
Así mismo, el nuevo Flite Boost equipa, según su configuración, raíles de manganeso, de titanio o los más livianos, de combinación carbono-cerámica de Selle Italia, que permiten detener la báscula en tan solo 157 gr para la versión Kit Carbono Superflow. Una ligereza que no merma, en absoluto, el confort, gracias a la distribución de su mullido y su cobertura de Fibra-Tek.
Los precios del nuevo Selle Italia Flite Boost son de 129,90€ (PVP) para la versión con raíl de manganeso, 214,90€ (PVP) para la que equipa raíl de titanio y 284,90€ PVP para la tope de gama, con raíl carbono-cerámico.