Aunque parezca que, a ratos, el frío nos da un respiro, el invierno está muy lejos de terminar. Sobre todo si además te mueves en bicicleta, un auténtico placer para el que, eso sí, es mejor estar preparado para las bajas temperaturas, el agua o, por supuesto, el viento.
Por suerte, para el ciclismo urbano no son imprescindibles demasiados accesorios. No repasaremos la lista ahora, pero sí puede ser un buen momento para centrarnos en los guantes, aliados imprescindibles si queremos rodar a gusto y con una parte del cuerpo, las manos, particularmente sensibles si nos movemos pedaleando.
Porque, es evidente… Si las ruedas son el punto de contacto entre nuestra bicicleta y el suelo, las manos son fundamentales a la hora de ir en bici. Porque con ellas manejamos el manillar y, por extensión, a dónde nos dirigimos. Pero también, casi siempre, es con ellas con las que frenamos, cambiamos de marcha, regulamos la asistencia en el caso de movernos en una bicicleta eléctrica o, por supuesto, hacemos mil cosas a lo largo del día. Y sí, también cuando vamos en bicicleta, y miramos algo en el móvil al detenernos, ponemos y quitamos el candado o cualquiera de los gestos cotidianos que realiza un ciclista urbano.
Tener las manos secas y a buena temperatura no es solo cómodo: también es importante para manejar la bicicleta y, claro, para frenar o cambiar de marcha bien.
Una larga introducción para hablar… ¡de unos guantes! Pero, y esto lo sabe cualquier ciclista experimentado… Quizá en una ciudad no sea absolutamente imprescindible cubrir y proteger nuestras manos. Pero la practicidad, protección y, en definitiva, placer que genera el llegar a nuestro destino con las manos calientes (y no con los dedos casi congelados, como es fácil que ocurra en invierno), es muy fácil de conseguir, como demuestran los guantes que hemos probado durante estas últimas semanas.
Hablamos, en este caso, de los Sealskinz Impermeable Cycle, que para esta prueba hemos utilizado en color amarillo y negro (están también, como opción, solo en negro o en negro y gris). Un accesorio distribuido en España por Comet (el número de referencia de este producto es el 705406) y con un precio de venta recomendado de 60 euros.
Primera impresión
“Nuestros” guantes Sealskinz Impermeable Cycle son talla L, tamaño que para unas manos grandes como las mías resulta perfecto. Los guantes no “sobran” por ningún lado, pero tampoco aprietan, y podemos decir que quedan perfectos ya que protegen absolutamente sin generar la más mínima sensación de agobio. Por fuera son muy llamativos al ser el modelo amarillo y negro, lo que quizá les reste algo de elegancia (recuerden, están disponibles en unos colores más sobrios), pero a cambio los convierte en muy, muy visibles en condiciones de poca luz, lo que nos procura una seguridad adicional.
Por fuera están hechos con una mezcla de poliéster (55%), poliuretano (24%), nailon (16%) y elastano (5%). El tacto exterior es algo “gomoso”, lo que no los convierte en demasiado agradables pero, por supuesto, por donde los vamos a tocar y a sentir va a ser por dentro (ahora hablaremos del interior). Respecto a este exterior, destaca ese llamativo amarillo neón, en el que está impreso el logo de la marca Sealskinz. Por cierto, esta marca es británica, con más de 25 años de trayectoria y dueña también de un extensísimo catálogo que, además de muchos guantes, incluye calcetines, gorras y gorros o cubrezapatillas, siempre enfocados a un uso intensivo en el exterior… ¡y probablemente pensados para las duras condiciones climatológicas de su país natal, Gran Bretaña!
La marca británica Sealskinz tiene una larga trayectoria, de más de 25 años, fabricando guantes y distintos accesorios (calcetines, gorras, gorros...) para ciclistas.
Más allá de ese bagaje, sin duda importante a la hora de elegir un producto, el exterior de estos guantes Sealskinz se completa con un acolchado en la parte de la palma, estratégicamente situado en los puntos más frágiles de nuestra mano y, sobre todo, más en contacto con la bicicleta. Pensados para un uso diario, a esta lista de detalles cabe añadir uno más, importante: el de, en la yema de los dedos índice y pulgar, ser compatibles con la pantalla táctil del teléfono móvil, por lo que teóricamente podemos consultar nuestro teléfono con ellos puestos. Si decimos “teóricamente” es porque ese uso puede realizarse, en efecto, pero resulta algo limitado a la hora de manejarnos. Es posible atender una llamada o mirar un mensaje o correo, pero cuesta algo más (es impreciso) el escribir, por ejemplo, un mensaje breve (aunque con algo de paciencia, y también en función de la pantalla del dispositivo utilizado, puede llegar a lograrse).
Último punto de ese exterior: fundamental, el cierre. Este se realiza por una pequeña correa (que tiene, y es un detalle muy bonito, el símbolo del logo de la marca) que se fija con velcro. Al ponernos el guante, la sensación no solo es muy placentera, sino que efectivamente tenemos completamente protegida la mano tanto del frío como del agua. Y, como último detalle que demuestra que en Sealskinz están atentos a todo, la parte del guante de la que “tiramos” para enfundárnoslo por completo también está hecha de un material más resistente, además de sobresalir ligeramente para hacer el proceso más cómodo. Pequeños detalles de los que, quizá, muchas veces no nos demos cuenta, pero que nos terminan haciendo el día a día más placentero y sencillo.
Concluímos con ese cierre: puestos a probar… ¡Hemos sumergido las manos con los guantes en agua, por completo! Una prueba algo “extrema”, ya que por mucho que llueva difícilmente pedalearemos sumergidos, pero un reto interesante para ver hasta qué punto son impermeables estos Sealskinz. Y bueno… Lo son en un 99%, porque al meterlos en agua se cuela un poquito de agua por la zona del cierre. Un detalle, probablemente, sin importancia, más favorable que otra cosa: más allá de esta pequeña entrada (en una zona que, además, irá protegida por la chaqueta o prenda que llevemos en los brazos), el resto de la mano permanece completamente estanca.
Belleza interior
Es hora, claro, de hablar del interior de estos guantes Sealskinz. Para eso… ¿qué tal si lanzamos unos cuantos adjetivos que me surgen mientras me los enfundo? Vamos con ellos: suaves. Confortables. Placenteros. Y, aunque no se estiren, elásticos, porque podemos estirar y encoger los dedos sin ninguna dificultad. Ese interior está hecho de poliéster con membrana de poliuretano, y me parece un material, a priori, muy adecuado para este propósito. Lo es, sobre todo, por su suavidad. También porque parece ser bastante resistente, aunque es cierto que apenas hemos usado los guantes durante tres semanas y no podemos opinar a muy largo plazo (cuando termine el invierno, si tenemos algo que comentar en este sentido, lo añadiremos a este texto).
Por último, y relacionado con ese tejido interior y, en general, con todo el guante en general, es interesante hablar de su ligereza. Una ligereza que llama la atención por ser compatible con un aislamiento muy alto, que se transmite, en definitiva, en dar mucho calor a las manos. Porque el agarre a la bicicleta es muy bueno, son muy cómodos, agradables y… cálidos. Y lo decimos por experiencia, porque hemos rodado estos días con ellos a muy bajas temperaturas y, a las pocas pedaladas, lo que teníamos en las manos era… calor. Y ese, como decíamos al principio, es el objetivo: movernos seguros, porque ese calor en las manos implica tenerlas listas, en cualquier momento, para una maniobra imprevista, un frenazo o un cambio de marcha que nos permite salir pedaleando de cualquier aprieto. Seguros. Felices. Calientes. Y en bicicleta… ¿se puede pedir algo más?
Pues sí… ¡una valoración sobre el precio! No me extenderé mucho: con ese precio recomendado de 60 euros (pueden encontrarse más baratos en Internet), estos guantes Sealskinz Impermeable Cycle nos parecen una opción más que recomendable y que, estamos completamente seguros, amortizaréis en no demasiado tiempo.