El explorador y aventurero Eric Larsen inició un espectacular viaje el pasado diciembre que comprendía 1.200 kilómetros, desde la ensenada de Hércules hasta el Polo Sur. Esta singular hazaña –la primera en usar la bicicleta como medio para atravesar la mítica Antártida-, y que implicaba multitud de desafíos técnicos y una coordinación extrema, hubo de suspenderse por las duras condiciones climatológicas.
“A ese ritmo no habría llegado. Me habría quedado sin provisiones”
Sobre un modelo Surly Moonlander con ruedas de 12 centímetros de ancho, 60 kilos de carga, y temperaturas de 20 grados bajo cero, Eric se vio obligado a suspender la travesía. Los retrasos comenzaron desde los primeros días: “Mi travesía pasó de entre 4 y 6 km/h a 3,7 km/h, a ese ritmo no habría llegado al Polo Sur antes del fin de la estación y me habría quedado sin provisiones, una cuestión de cálculo”, afirmaba Larsen. Pero esto no lo desanimará: Eric, incansable y tenaz -ha sido el primer hombre en subir al Everest y viajar a los dos polos en un único año- volverá a intentarlo dentro de dos años.