Ciudades

“La Policía me para en mi bici, pero al ver el carné de cuidadora de ancianos me piden perdón” (Auxi Arregui)

Cada día, y pese al COVID-19, Auxiliadora Arregui cruza Granada en su bicicleta. Le gustaría quedarse en casa, pero no puede: más de diez ancianos dependen de ella. Aquí nos cuenta su historia.

¿Dónde vives, y a qué te dedicas?

Soy de Conil de la Frontera, Cádiz, pero vivo en Granada capital. Y me dedico a ayudar a personas mayores que están solas en sus casas. Soy cuidadora de ancianos, titulada, y me ocupo de sus necesidades más básicas: llevarles comida y medicina, ayudarles con sus gestiones y la cocina… Ya era mucho trabajo, pero ahora es todavía más: con el COVID-19 se sienten todavía más solos, están muy asustados, y me llaman aún más que antes. Para lo que sea. Así que cojo mi bicicleta y voy a ayudarles.

¿De cuánta gente hablamos?

Fijos, de atención diaria, de cinco personas. Y, además, tengo a otras siete personas, solas, a las que también atiendo. Subirles cosas, tirarles la basura, cocinarles… Algunos me pagan, porque es mi trabajo. Pero otros no pueden, no les llega el dinero, y les ayudo igual. Por suerte, me lo puedo permitir. Creo que, en estos tiempos, hay que ayudar todo lo que se pueda, aunque sea por una cuestión de humanidad.

“En estos tiempos hay que ayudar todo lo que se pueda. Aunque sea por humanidad”

¿Qué años tienen?

El más mayor es un señor de 85 años. El más joven tiene 66 años, pero es diabético, ha perdido varios dedos de un pie y está ciego. Así que hay que estar muy pendiente de él. En cuanto termine de hablar contigo me iré a ayudarle. Es como mi familia.

Auxiliadora Arregui, cuidadora de ancianos y ciclista.
Auxiliadora Arregui, cuidadora de ancianos y ciclista.

¿Y la bicicleta? ¿Qué papel juega en todo esto?

Uno muy importante: lo es todo. He practicado, con mi pareja, mucho ciclismo deportivo. Amo la bici. Pero, para mi trabajo, es fundamental. Si se me estropeara la bici… En fin, por suerte tengo otras dos en casa. Con la gente a la que cuido no se puede parar. No conduzco, y pueden necesitar mi ayuda urgente, o en cualquier momento del día. Por la noche no hay transporte público. En autobús, o en taxi… tardo mucho más. En mi bici llego antes que una ambulancia.

¿Te han parado la policía estos días?

Sí, policías municipales y hasta militares. Pero han sido encantadores. Llevo colgado de la bicicleta mi carné de cuidadora, de la Seguridad Social, y en cuanto lo han visto ha cambiado su actitud y hasta me han pedido perdón. No he tenido ningún problema.

“La gente me pregunta qué hago en la bici, que por qué salgo. Les entiendo. Pero no puedo encerrarme. Mi vida es así”

¿Y el resto de la gente?

He tenido algún problema más. Me preguntan que qué hago, que por qué salgo. La gente está encerrada, y les comprendo… pero yo no puedo encerrarme. Voy equipada con mascarillas, con guantes desechables… Mi vida es así.

¿Qué te parece que en otros lugares de Europa, como Bélgica, Países Bajos o Alemania, se permita montar en bicicleta un rato para aliviar el confinamiento?

Creo que en España han ido, a muerte, a por los ciclistas. Soy ciclista deportiva, y entiendo que ahora no se salga en pelotón… ¿Pero a quién puedes contagiar, o de quién te vas a contagiar tú, rodando en solitario? No lo entiendo. En casa nos sentimos perseguidos. Lo respetamos y acatamos, pero… La bicicleta es mi psicóloga. Mis recorridos pedaleando me ayudan a aliviar esta situación, a trabajar, a ayudar a los demás. Esa sensación de libertad, ese bienestar psicológico… No entiendo que se prohiba sin mayor explicación.

Auxiliadora Arregui, cuidadora de ancianos y ciclista.
Auxiliadora Arregui, cuidadora de ancianos y ciclista.