Centenares de personas protestaron contra las recientes muertes de los seis ciclistas que perdieron la vida el pasado mes de noviembre. Durante 15 minutos de silencio, permanecieron arrojados en el suelo con sus bicicletas, fingiendo estar muertos frente a la sede de la Transport for London, en el céntrica zona de Blackfriars.
Una cruda realidad
El acto, llamativo sin duda, fue organizado por Stop The Killing, una plataforma que reclama mayor seguridad vial para los ciclistas y una red de carriles bici separada del resto de tráfico motorizado. Su objetivo: denunciar y hacer visible la necesidad de garantizar un desplazamiento ciclista seguro en la capital del Reino Unido. El alcalde de la capital, Boris Johnson, ya fue duramente criticado el pasado mes de noviembre al afirmar que “estas muertes subrayaban la necesidad de que los ciclistas cumplieran las leyes de tráfico”, según recogió The Guardian.