Cultura ciclista

El cielo y la tierra: el viaje de 5.000 kilómetros de las mariposas monarca

La mariposa monarca recorre miles de kilómetros para, a través de distintas generaciones, asegurar la supervivencia de la especie. La bióloga Sara Dykman las acompañó con su bicicleta en su migración a través de México, Estados Unidos y Canadá, una experiencia que además de revelaciones científicas la llenó de sabiduría vital. Un viaje, un milagro, que ha reflejado en un libro maravilloso que nos explica aquí.

Célebre por la increíble migración masiva que, cada invierno, millones de ejemplares emprenden de California a México a través de unos 5.000 kilómetros para escapar de un frío que les resulta letal, la mariposa monarca es uno de los lepidópteros más estudiados del planeta. Nativa de América del Norte y del Sur, famosa por su belleza e inconfundible por su tamaño, la Danaus Plexippus es también, al estar gravemente amenazada, un símbolo del conservacionismo.

Pero si Ciclosfera se ocupa de un animal que, normalmente, sería protagonista de una revista científica es gracias a Sara Dykman, una bióloga estadounidense que, durante nueve meses, acompañó pedaleando la migración de las mariposas monarca, una experiencia con la que además de atesorar información relevante sobre ese insecto conoció a innumerables personajes y recopiló decenas de anécdotas. Una experiencia única reflejada en un libro, Bicycling with Butterflies, tan lleno de rigor y datos como de lirismo y humor.

Sara Dykman recorrió más de 5.000 kilómetros en bici junto a las mariposas monarca.
Sara Dykman recorrió más de 5.000 kilómetros en bici junto a las mariposas monarca.

Migración especial

Hace un tiempo Sara se propuso acompañar a millones de mariposas monarca que, tras pasar el invierno en los bosques de oyamel de Michoacán, México, migran hacia Estados Unidos y Canadá, proceso que hacen a la inversa al llegar el frío otoñal. Para completar la migración se necesitan cuatro generaciones de mariposas, que se detienen en el camino para poner sus huevos en las plantas de algodoncillo y dar así origen a otras que completarán la ruta. "Las mariposas que llegan son las bisnietas de las que partieron", explica Sara, "porque la que migra aquí no es sólo la mariposa, sino la especie".

Una historia que, por su poder simbólico, es contada en muchas escuelas estadounidenses para enseñar ciencia y geografía. Por eso Sara pensó que sería una buena idea sumarle la aventura humana para que la gente empatizara todavía más y se animara a conservar la especie, llegando así a la brillante idea de acompañarlas… ¡en bicicleta! "Descubrí que la vanguardia de la migración avanza unos cien kilómetros diarios", nos cuenta por teléfono desde su casa en California, "que es justo mi distancia favorita cuando emprendo viajes largos con la bicicleta. Así que pensé que las monarca podían ser unas excelentes compañeras de viaje y que, mientras viajábamos, podía visitar las escuelas que encontrara en el camino para compartir así con maestros y jóvenes mi pasión por la aventura, la conservación de las especies y la ciencia".

"Descubrí que la vanguardia de la migración avanza unos cien kilómetros diarios, justo mi distancia favorita cuando emprendo viajes largos con la bicicleta" (Sara Dykman, autora de 'Bicycling with Butterflies')

Almas queridas

Durante el viaje, Sara acumuló lecciones profesionales y, desde luego, vitales. "Gracias a las mariposas", nos cuenta, "he aprendido español y a atreverme a hablar en público, algo a lo que no estaba acostumbrada. Las monarca me enseñaron a escribir y editar un libro. Pero, sobre todo, me mostraron que todo y todos estamos conectados, y que lo pequeño tiene el mismo valor que lo grande".

Las mariposas que regresan son las bisnietas de las que partieron.
Las mariposas que regresan son las bisnietas de las que partieron.

"Una mariposa puede parecer poca cosa, pero millones constituyen un fenómeno. Son muy livianas, apenas pesan medio gramo, pero si muchas se posan sobre una rama pueden llegar a quebrarla. Es el triunfo de la unión, de la suma, algo que me anima cuando me deprimo pensando que todos mis esfuerzos por conservar especies son demasiado pequeños para, realmente, significar algo".

"Recorrer pedaleando más de 10.000 kilómetros a través de Canadá, Estados Unidos o México", reconoce Sara, "requiere temple y resistencia, pero los días más exigentes fueron los mejores, porque me hicieron sentir una verdadera aventurera", asegura. Los empinados y extenuantes caminos de tierra de México. El terrible viento en contra de Kansas. Pero, según ella, la mayor dificultad llegó cuando empezó a ver el mundo a través de los ojos de las mariposas. "Tome conciencia de cuánto espacio le ha robado el ser humano a la naturaleza", lamenta, "y me desconsolaba pensaren el futuro del planeta durante gran parte del trayecto".

"Las monarca me enseñaron a escribir y editar un libro, pero, sobre todo, me mostraron que todo y todos estamos conectados" (Sara Dykman, autora de 'Bicycling with Butterflies')
"Las monarca me enseñaron a escribir y editar un libro, pero, sobre todo, me mostraron que todo y todos estamos conectados" (Sara Dykman, autora de 'Bicycling with Butterflies')

A cambio, abundaron los momentos de enorme impacto emocional. "Uno de mis favoritos fue en Nueva York", recuerda. "Estaba desesperada por acampar y, como último recurso, les pedí a unas personas hacerlo en el terreno que rodeaba una iglesia. No me lo permitieron, pero una de las mujeres me ofreció el jardín de su casa y, cuando llegué allí, descubrí una planta de algodoncillo, y al observarla con detenimiento encontré una pequeña oruga. Llamé a la mujer, observamos comer a la oruga y, mientras, le conté que en algunas culturas creen que las mariposas monarca son las almas de los seres queridos fallecidos que vienen a visitarnos. Pasaron unos minutos y, de pronto, noté que la mujer estaba llorando: me contó que ese mismo día era, justo, la fecha prevista de nacimiento del bebé que había perdido hacía unas semanas. Fue muy emotivo. Ambas lloramos, y sentimos una conexión muy fuerte, la misma que deben tener las mariposas monarca, ayudándolas a sobrevivir y cruzar todo un continente".

"El mundo es de todos. Todos somos un equipo. Y no podemos dejar de luchar juntos" (Sara Dykman, autora de 'Bicycling with Butterflies')
"El mundo es de todos. Todos somos un equipo. Y no podemos dejar de luchar juntos" (Sara Dykman, autora de 'Bicycling with Butterflies')

Esa mujer no fue la única que la recibió en su casa: hasta sesenta y ocho familias acogieron a Sara, compartiendo así comida, conversaciones e inolvidables momentos que la motivaron a escribir un libro que mezclara biología y narrativa.

"Me he embarcado en muchas aventuras", recuerda, "pero esta es la primera sobre la que escribo, y me gustaría que quien la lea vea también el mundo a través de los ojos de las mariposas monarca, que se preocupe por esa especie y que entienda que hay que saber compartir. El mundo es de todos. Todos somos un equipo. Y no podemos dejar de luchar juntos por este mundo que amamos. El libro es memoria, es ciencia, es aventura, pero por encima de todo es una carta de amor a la Naturaleza".

Compañera

Sara viajó en una Specialized Hardrock de 1989. "Está llena de parches pero es indestructible. Sustituí alforjas por cubos de plástico y comprobé que el equipo más caro no es imprescindible". En otro viaje pedaleó durante trece meses todos los estados de EE.UU., y en otra ocasión fue y volvió hasta Bolivia. Navegó cinco meses y medio en canoa por el río Missouri, y caminó de México a Canadá por las Montañas Rocosas, en el reto más agotador que recuerda. "En bici habré hecho unos 130.000 kilómetros a lo largo de mi vida".

La activista

Ya en la universidad, Sara se involucró en una organización que promovía la bicicleta. "Fue frustrante", lamenta, "porque EE. UU. se centra en el transporte motorizado". Para remediarlo, Sara plantea una medida original: que cada persona, antes de poder conducir, se mueva en bici todo un año. "Es verdad que últimamente se ven mejoras", explica, "pero no es suficiente. Los ciclistas nos parecemos a las mariposas monarca: podemos viajar pero necesitamos un hábitat seguro, y ni ellas ni nosotros somos prioridad para los legisladores".

Sara plantea que cada persona, antes de poder conducir un coche, tenga que moverse un año en bicicleta.
Sara plantea que cada persona, antes de poder conducir un coche, tenga que moverse un año en bicicleta.

Multinacional y multigeneracional

La primera generación de mariposas adultas empieza su migración primaveral desde las áreas de hibernación en México y el sur de EE. UU. hacia el norte. Viven entre dos y seis semanas, y su objetivo principal es reproducirse. La segunda y tercera generación nacen en verano: emergen de sus crisálidas, su esperanza de vida es la misma y, a lo largo de su existencia, continúan su migración hacia el norte y se reproducen. Son sus "hijas", esa cuarta generación, la más especial: viven entre seis y ocho meses para viajar de nuevo hacia el sur e hibernar en los bosques mexicanos de oyamel. Una epopeya mágica que Sara Dykman define como "multinacional y multigeneracional".

Si quieres sentir aún mejor cómo fue el viaje de Sara y las mariposas monarcas, tienes que hacerte con Ciclosfera #44.
Si quieres sentir aún mejor cómo fue el viaje de Sara y las mariposas monarcas, tienes que hacerte con Ciclosfera #44.