En esta peculiar gira, que cubre 60 poblaciones catalanas, Fuster presentará su disco (el primero en catalán)* Repte*, en el que no abandona su estilo, fiel a las raíces del folk norteamericano. El músico -hijo del cardiólogo Valentí Fuster– termina así con cuatro años sin subir a los escenarios. Para ello ha elegido una bicicleta que le llevará de concierto en concierto (tramos de 15 hasta 30 kilómetros, a veces más, y puertos de montaña incluidos).
La bici, aliada de la música
Fuster, que suele cantar únicamente con su guitarra, estará acompañado esta vez por Xarim Aresté (banjo) y Pep Mula (batería). Durante dos meses y a partir del 4 de abril, ofrecerán un total de 69 conciertos en diferentes formatos: desde salas al uso, plazas, e incluso casas particulares. Su idea es acercar la música a la gente, saliendo del circuito comercial y del escenario típico, para así crear nuevos espacios de intercambio cultural.