Nuestros vecinos del norte quieren ponerse al día. Frente a los datos desalentadores -como el que indica que sólo el 2,4% de la población activa utiliza diariamente la bicicleta-, la administración parece haber tomado nota. A la reciente noticia de que el gobierno galo incentivará económicamente a los trabajadores que se desplacen hasta su puesto pedaleando, a imagen y semejanza de lo que ya hacen países como Bélgica, se suma ahora una iniciativa pionera: los más pequeños también dispondrán de bicicletas de alquiler.
El programa, que lleva el nombre de P’tit Vélib’, pretende extender la idea de que los ciclistas urbanos se forman desde la más tierna infancia. Ellos son el futuro, y de ellos dependerá que las cosas cambien en las calles francesas. Empezando por las de París. A partir de ahora, podrán disponer de un total de 300 bicicletas de distintos tamaños para su uso y disfrute por las calles y parques de la ciudad, distribuidas en cinco puntos del centro. Eso sí, el sistema contará con importantes peculiaridades que lo distinguen del Vélib, destinado a los adultos.
El Vélib, su hermano mayor, es el tercer sistema de alquiler de bicicletas más grande del mundo, con 17.000 unidades
En primer lugar, todas las bicicletas irán acompañadas de un casco, tal y como obliga la ley francesa al tratarse de menores (de la misma manera que ocurre en España). Además, deberán ser devueltas en el mismo punto del que se retiraron, y en un principio sólo se podrá disponer de ellas los fines de semana y durante los periodos vacacionales, con el objetivo de mantenerlas fuera del alcance de los ladrones. Y serán significativamente más caras: frente a los 29 euros anuales que cuesta abonarse a Vélib, los padres interesados en alquilar una bicicleta para su hijo deberán pagar unos 15 euros por día.
La iniciativa es la respuesta del Ayuntamiento de París a una reciente encuesta de 2012, que apuntaba que el 86% de las familias parisinas estarían dispuestas a alquilar bicicletas para sus hijos. Ahora, estas nuevas 300 bicicletas se suman al mastodóntico Vélib, su hermano mayor, que con sus 17.000 unidades (y en funcionamiento desde 2007) es el tercer sistema de alquiler público de bicicletas más grande del mundo, sólo superado por los de Wuhan y Hangzhou, ambos en China.