Al igual que el sector hotelero de nuestros vecinos en Francia, Italia o Alemania, en España empezamos, por fin, a ver la luz al final del túnel y el cicloturismo empieza a calar y a dar respuesta a las necesidades de los que no concebimos la vida sin la bici y la usamos incluso para viajar y también a los que, simplemente, quieren hacer unas cuantas rutas por los alrededores.
Es el caso concreto de Paradores, que ya ha puesto mucho de su parte, adaptando 26 de sus alojamientos para que nunca tengamos que dejar la bicicleta en casa. Cuentan con zona de custodia, taller e información de itinerarios personalizadas teniendo en cuenta la zona y sus peculiaridades.
Además, son especialmente interesantes los acuerdos alcanzados con tiendas, talleres y servicios de alquiler de bicicletas cercanos, aliados imprescindibles para evitar duplicar esfuerzos y tener exceso de servicios.
Tener dónde guardar, reparar y limpiar la bicicleta hace que un ciclista quiera repetir.
El cambio se nota. Es un nuevo concepto de turismo, enfocado a las experiencias personalizadas y eso, a quienes nos movemos en bici, nos hace especialmente felices: tener dónde guardar, reparar y limpiar la bicicleta en tu lugar de descanso hace que queramos repetir la próxima vez que tengamos unos días libres. Si además te permiten subir tu bici a la habitación quiere decir que han entendido perfectamente de qué se trata esto de ser "ciclista", un servicio opcional que ya ofrecen algunos de ellos.
La idea no es sólo cubrir las necesidades de algunos ciclistas, los más exigentes o los más deportivos de MTB, gravel o carretera, sino de todos: recreativo, familiar, cicloturismo... Cada uno necesitamos cosas diferentes y eso puede resultar un quebradero de cabeza para los anfitriones.
Evidentemente, el esfuerzo no queda sólo en eso. No sería lógico que una empresa hotelera apostara por la bici sin atender otros asuntos que, quizá, puedan aportar aún más a la mejora de su entorno, como contar con productos de 'kilómetro cero' en sus cocinas o que las habitaciones sean 100% libres de plásticos de un solo uso, o que toda la electricidad sea renovable… Se trata de que la bicicleta sea, como en otros muchos ámbitos, parte de un plan aún mayor.
Pero, de todos los Paradores ¿Cuáles han hecho el cambio realidad? En el entorno más de naturaleza, Puebla de Sanabria, Nerja, Artíes, Benicarló, Ayamonte, Cervera de Pisuerga, Fuente Dé, Cangas de Onís, Mazagón, Limpias y Ribadeo ya están recibiendo ciclistas.
Los más urbanos son Soria, Salamanca, Cádiz, Argómaniz, Cordoba, Manzanres y Tordesillas; y los más históricos Carmona, Lorca, Sos del Rey Católico, Verín, Baiona, Lerma, Monforte de Lemos y Verín.
Cuatro Paradores ciclistas para este verano
Queremos probarlos todos, pero, para empezar, te proponemos 4 Paradores pegados a las costas, perfectos para este verano. Que estén preparados para la bici, sí, que tengan rutas cerca, sí, pero, no lo neguemos, que se coma bien y que haya cosas interesantes para visitar cuando no estemos pedaleando: Baiona, Benicarló, Nerja y Ribadeo. En los enlaces de los siguientes párrafos encontrarás los tracks perfectamente definidos en Wikiloc.
Es todo un icono en la zona. Una fortaleza amurallada plantando cara al Atlántico, en una de las localidades más bonitas de Pontevedra, "¡Mira, mamá, un Castillo sobre el agua!" escuchamos decir a una niña el pasado verano.
"¡Mira, mamá, un castillo sobre el agua!"
Pero si te subes a la bici vas a llegar mucho más lejos: contemplar las Islas Cíes desde los miradores de la Torre del Príncipe y de la Virgen de la Roca, y luego darte un chapuzón en playas como La Ribeira, A Concheira y Barbiera, por ejemplo.
Saliendo desde el mismo Parador, proponemos 6 rutas tanto para MTB como para carretera. En la más corta, pero muy técnica y circular, de poco más de 30 kilómetros, para bici de montaña, visitamos Chan da Lagoa y Pozas de Mougas.
Una un pelín más larga, casi 40 kilómetros y también de MTB, te llevará a Mosterio de Oia, el Faro Silleiro y Fontes. Otra propuesta es la que recorre Vilaza, Vincios y Pulmones de Chandebrito. 45km de dificultad moderada y donde vas a acabar con la memoria de tu teléfono llena de hacer fotos y vídeos.
En cuanto al ciclismo de carretera, en la primera, de algo más de 56km, visitamos Morgadans, Falda do Aloia y Pedra Moura. La mediana, de 66km, te llevará a A Guarda, Rosal, Torroña y el Alto da Groba para volver de nuevo a Baiona. Por último, la de 71 kilómetros, hasta A Guarda y Santa Tecra con un buen desnivel positivo (721m) con la que volverás con ganas de darte un buen homenaje.
¿Dónde llenamos el buche después de los kilómetros? Hay decenas de sitios por las pequeñas callejeas del centro, pero nosotros te proponemos un par de ellos: Restaurante Torre del Príncipe o el espacio gastronómico del Parador, Enxebre A Pinta.
A ver si lo contamos todo, porque la zona tiene mucha miga. Está en plena Costa de Azahar, y mientras silbas "Mediterráneo" puedes pedalear entre las playas de Morrongo, la Caracola o La Mar Xica o candar la bici para pasear por Puig de la Nao y de La Tossa, dos sensacionales poblados ibéricos… pero es que también tienes muy cerquita Peñíscola, Morella o el Delta del Ebro. Vamos a contarte algunas posibles salidas en bici.
La primera es de unos 60 kilómetros. Algo más de cuatro horas para acceder a Torre Badum y Cova y de dificultad moderada. También podemos subir a Alt de la Bota y la Ermita de Sant Antoni, en una más corta pero complicada. Casi 40 kilómetros para los que tengan experiencia en MTB.
Hay una que nos encanta, en la que nos metemos en el Centro histórico de Peñíscola y Marjal de Peñíscola durante algo más de 65km y donde nos daremos una buena paliza de bici.
¿Nos vamos hasta el Mirador del Delta del Ebro? Esta es larga. Unos 90km de dificultad moderada, pero de una belleza abrumadora. Algo más asequible es la sencilla ruta de la Desembocadura del Río de la Sénia que en menos de 40km por caminos de MTB vas a echar dos horas de bici fantásticas.
Por último, el gran tour de la zona, la del Camí del Pebret y el Prat. 110km de MTB para pasar el día entero sobre el sillín. Luego, piscina y arroces, cocina de mar, alcachofas de La Arrocería… es, casi, el mejor momento de la ruta, y lo sabes tan bien como nosotros.
En Nerja se rodó Verano Azul. Si le sumamos infraestructura y la apuesta hotelera por la bici, tenemos como resultado que la localidad es un pequeño paraíso para los ciclistas. Las Cuevas de Nerja, el Parque Natural Tejeda y Almijara, los acantilados de Maro o la Gran Senda de Málaga son sólo algunas de las joyas cercanas. Una piscina abierta al mar, un jardín interminable, buceo, snorkel y kayak...
Centrándonos en la bici, en poco más de 35km puedes llegar pedaleando hasta Los Castillejos y volver de nuevo a Nerja en una ruta circular con buenas subidas. Un tramo precioso, aunque largo, es el que te va a llevar hasta Vélez Málaga y Cútar: más de 85 kilómetros de disfrute.
Algo más corta es la que cierra el círculo con Silose, de 35 kilómetros y alguna que otra subida de dificultad moderada. Puedes pedalear hasta Camatocha en menos de 23 kilómetros o ir hasta el Parque Natural Acantilados de Maro y Cerro Gordo. Y una para ‘pros’, la circular que te lleva a Torre Vigía Gui, El Morche y la Playa de Lagos antes de volver de nuevo también al Parador.
¿Y el homenaje de después? Muy cerquita, allí mismo, que bastante te has movido ya. Proponemos el espacio gastronómico El Ombú Mediterráneo.
Justo ahí, donde se dan la mano Asturias y Galicia, con olor a Mar Cantábrico y donde, si no te llevas la bici, la vas a echar de menos, hay una casona gallega junto a las Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Tierras de Burón. Si aún no has pedaleado nunca por zonas así, no podemos describir ni con fotos ni con palabras lo que se siente. Tienes que ir.
¿Qué podrás ver en bici? Tienes el Camino de Santiago por Ribadeo, Lourenza, Mondoñedo y Abadín, de 65km; o el Camino Inglés por Viveiro que te llevará algo más de tiempo para recorrer los 111km.
Una de nuestras favoritas es la Ruta a la Playa de las Catedrales. Unos 35km, pero mucho ojo con las mareas y ten en cuenta que es necesario reservar para poder acceder y pisar la arena. Dos más para terminar: La difícil subida a O Mondigo, de algo más de 30km y la visita a la maravillosa Cascada de Sto. Estevo, 50 kilómetros en los que tendrás que parar un millar de veces para hacer fotos.
¿Y después de la bici? Venga, a todo capricho: un arroz caldoso con bogavante y helado de Cebreiro. No digas que no te cuidamos.
Un verano de bicis
Todas estas rutas y destinos son sólo ejemplos, que conste. Muchos hoteles de España y del resto de Europa, al igual que Paradores, ya están pensando en bici.
Pronto podremos contarte más, ahora nos toca empezar con el bikepacking y a valorar entre todos en casa si vamos a Baiona, Nerja, Ribadeo o Benicarló.