Las bicicletas blancas o bicicletas fantasma, esos pequeños mausoleos efímeros que recuerdan a los ciclistas fallecidos en un atropello son, desgraciadamente, una estampa habitual en cualquier ciudad del mundo. Un emotivo homenaje público por parte de la comunidad ciclista a aquellos que han perdido la vida en el asfalto mientras se desplazaban en bici a su trabajo o, simplemente, disfrutaban del placer de pedalear por las calles de su ciudad.
Ahora, ese recuerdo puede convertirse en permanente en Ottawa, la capital de Canadá. Sus autoridades han presentado un plan preliminar para erigir un monumento permanente en una de las calles de la ciudad. Concretamente, en un pequeño espacio verde situado en la céntrica avenida Bronson. Según ha adelantado el portal de noticias CBC, el monumento podría estar listo en seis meses.
Aunque aún se desconoce el diseño del futuro monumento, su impulsor, el concejal David Chernushenko, ha avanzado una serie de detalles sobre él: el objetivo no es sólo recordar a los ciclistas fallecidos en el tráfico sino, sino también “transmitir la alegría de pedalear”, según ha adelantado al mencionado medio de comunicación. “La mayoría, por no decir todos los ciclistas que han muerto en nuestras calles se desplazaban en bicicleta porque amaban este medio de transporte”, ha explicado Chernushenko, que ha hecho especial hincapié en que no se trata sólo de un homenaje a los fallecidos, sino a todos los ciclistas de la ciudad.
Ottawa acaba de aprobar una ley por la cual las bicicletas blancas no pueden permanecer más de seis meses en las calles. Pasado ese tiempo, son retiradas por las autoridades. Y aunque es seguro que los ciclistas de la capital canadiense seguirán rindiendo tributo con ellas a sus compañeros caídos, es más que probable que hayan recibido con agrado el guiño por parte de su ayuntamiento.