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Roberto Aznar tenía un sueño: fabricar bicicletas de la máxima calidad, pensadas para durar y con un diseño único. Un modelo de negocio contrapuesto a la actual moda de una parte importante de la industria, empeñada en hacer bicicletas de usar y tirar. En 2013, Roberto decidió abandonar el mundo industrial al que se dedicaba para hacer realidad ese sueño: comenzó a trabajar de forma incansable en el diseño y desarrollo de producto y de la marca y acabó dando forma a Nua Bikes, una empresa centrada en bicicletas, cuadros y componentes de titanio con sede en Barcelona.
Que todo funciona. Que todo está donde tiene que estar. Ese es el objetivo en Nua Bikes
“Queremos que quien adquiera una Nua se sienta a gusto con su bici, que piense que no podría ser mejor y más apropiada, que sienta que todo está donde tiene que estar, que todo funciona como debería, para que de esta manera pueda disfrutar de su bici al máximo durante décadas”, explican desde la firma barcelonesa. “Con este fin diseñamos y fabricamos nuestras bicis, y tratamos directamente con nuestros clientes cuanto tiempo sea necesario, de cara a asegurarnos de que todo está a su gusto”.
Un proceso “mágico”
Esa comunicación directa y fluida con sus clientes es parte esencial del espíritu y la manera de funcionar de Nua Bikes. Y, quizá, una de sus principales bazas, dado que el cliente valora cada vez más esa cercanía frente al trato que ofrecen las grandes tiendas y marcas. “La persona que busca una bicicleta de titanio suele ser conocedora de lo que necesita, y nosotros le ayudamos a conseguirlo. Escuchar, aconsejar y llegar a configurar una bici de manera conjunta y a la medida de los deseos y necesidades de una persona es un proceso mágico, tanto para el cliente como para nosotros. La prueba es que todos nuestros clientes nos escriben para darnos feedback cuando ya tienen y han probado su bici, y aprovechan para felicitarnos y darnos las gracias, algo muy poco común cuando compras un producto y que nos hace muy felices”.
“Hemos evolucionado el diseño del cuadro Ti-Core para darle nuestros clientes la máxima versatilidad y garantía de calidad, de forma que desde finales de 2015 se pueden montar una enorme cantidad de componentes de primerísima calidad así como los últimos desarrollos técnicos de las mejores marcas del mercado. El objetivo es que cada usuario pueda configurar la bicicleta de sus sueños y adaptarla a sus necesidades y gustos particulares en cada momento de su vida”.
Cada modelo supone, sin duda, una seria herramienta para el desplazamiento urbano
Como Ciclosfera, Nua centra sus esfuerzos en el mundo de la bicicleta urbana. Son conscientes de que algo está cambiando, y que la cultura ciclista ha dejado de estar tan marcada por la bicicleta de montaña, dominadora del mercado español durante años. “Cada vez hay más diversidad. Sigue habiendo un mercado enorme de bicicleta de montaña y carretera, pero estancado desde hace tiempo. El mercado que sí que aumenta es el de ciclismo urbano y vacacional, y conforme crece, se diversifica en cuanto a la oferta y demanda de tipologías distintas de bicicleta. El ciclismo urbano en Barcelona comenzó con viejas mountain bikes recuperadas, pero ahora ya hay demanda de distintos tipos y calidades de bicis. Nosotros quisimos ofrecer como primer modelo una bici urbana de máxima calidad en materiales y en disfrute, tan simple y duradera como fuera posible, sin mantenimiento. En definitiva, una herramienta seria de desplazamiento urbano.
Pese a esa visión clara del ciclismo urbano como eje central de sus esfuerzos, Nua no se cierra puertas: “Ahora estamos ofreciendo modelos más versátiles, con los que puedes, además de ir al trabajo a diario, aventurarte por pistas sin asfaltar, salir de ruta por tu carretera favorita, o incluso atreverte con el cicloturismo el próximo verano. Siempre con montajes sobre la base de nuestro cuadro de titanio Nua Ti-Core, y siempre con componentes de alta calidad, mínimo mantenimiento y tecnología avanzada, como la transmisión por correa, los cambios internos de buje o los frenos de disco”.
Los fundadores de Nua han sido testigos de excepción del incremento del número de ciclistas urbanos que ruedan a diario por la capital catalana. “El ciclismo urbano en Barcelona se ha transformado totalmente en una década, y se ha convertido en habitual. La infraestructura ha ido aumentando y mejorando progresivamente, aunque a veces sin mucho criterio, probando con distintos tipos de carriles bicis que en muchos casos han resultado inservibles. Los ciudadanos han dejado claro que eligen la bici, por eso ahora es el Ayuntamiento quien debe apostar definitivamente por una ciudad para las bicis, rediseñando completamente la vía pública para dar prioridad a las bicicletas de forma clara y estudiada. Es una apuesta importante y cara, pero sin duda a la mayoría de ciudadanos nos gustaría vivir en una ciudad sin humos y sin ruidos. Poder mejorar nuestra salud y bienestar cada vez que nos desplazamos no tiene precio”.