Nacido en Owensboro (Kentucky, EE UU), hace 35 años, Nicky Hayden era uno de los pilotos más carismáticos del motociclismo actual. Actualmente competía en el campeonato del mundo de Superbikes, como miembro del equipo Honda.
Pero el pasado miércoles, 17 de mayo, todo se torció. Mientras Hayden entrenaba sobre su bicicleta, pedaleando por una carretera secundaria de Rimini, fue embestido por un coche, un Peugeot 206. Hayden sufrió graves heridas y, aunque fue asistido lo antes posible por los médicos locales, fue trasladado al hospital Maurizio Bufalini de Cesena, donde ha fallecido.
Graves lesiones en el tórax, la pelvis, el cráneo y graves daños cerebrales: el diagnóstico de los médicos siempre fue pesimista, y por desgracia, en estos cinco días, Hayden no experimentó ninguna mejoría.
Las circunstancias de lo ocurrido no están todavía muy claras. Se sabe que Hayden rodaba con un grupo de amigos, y que el impacto con el coche fue frontal. El conductor del Peugeot tiene 30 años y la colisión se produjo en un choque. Durante estos días se ha especulado con que Hayden se saltó un stop, pero todavía no hay conclusiones oficiales ante lo ocurrido.
Las reacciones en el mundo del deporte han sido inmediatas. Dani Pedrosa, que fue compañero de Hayden en el equipo Repsol Honda de MotoGP, ha tuiteado “Siempre en mi corazón, campeón”. “Muy triste”, ha dicho Jorge Lorenzo. “No puedo entender cómo la vida puede ser tan cruel”, explicó el ahora piloto de Ducati (marca con la que también corrió Hayden), que también ha enviado sus condolencias a los “amigos y familia de Nicky”.