En pocas palabras… ¿cómo te definirías a ti misma?
Como una mujer perseverante, dueña de un pequeño y perseverante motor que funciona a base de sonrisas, alegría y muchos kilómetros sobre una bici.
¿Cómo es pedalear por tu ciudad, México?
Es un viaje de colores, sabores y olores, y sin duda alguna la mejor forma de vivir mi ciudad. Nunca había conocido tan a fondo esta urbe hasta que comencé a pedalear y, pese a que significa un gran reto cotidiano, te aseguro que es la manera más efectiva de realizar traslados diarios. En la Ciudad de México se hacen más de 34 millones de desplazamientos cada día: vivimos en una sociedad aplastada por el estrés, las aglomeraciones y el tráfico, y si a todo eso le sumamos que las condiciones del transporte público son claramente insuficientes nos encontramos con que nuestra vida, nuestros viajes, son una odisea. Por eso, movernos en bicicleta en un lugar como este es un desafío, sin duda el más hermoso al que me he enfrentado.
¿Se toman las autoridades a la bicicleta en serio?
El hecho de que permitan que, con tanta frecuencia, mueran ciclistas, demuestra que ni siquiera son capaces de valorar y tener en cuenta la vida de los demás. Cuando logremos reducir a cero las muertes por accidentes de tráfico podremos decir, con orgullo, que nuestras autoridades se interesan no solo por la bici, sino simplemente por las personas.
Tienes más de 7.300 suscriptores en tu canal de Youtube. ¿Por qué comunicarte con la gente a través de vídeos?
Mi gran objetivo y, por extensión, mayor satisfacción es lograr que una persona más se empiece a mover en bici, y cuando alguien me comunica que ha empezado a hacerlo mi felicidad es total. Quiero que, cada día, la comunidad ciclista crezca, que seamos más, y que formemos un grupo más unido, amplio, despierto y más capacitado para enfrentar los muchos retos a los que nos enfrentamos en cuanto a movilidad y medio ambiente.
¿Qué debe tener un buen vídeo para triunfar?
Definitivamente… ¡pasión! Para involucrar a los espectadores es fundamental comunicar con el corazón, y para eso también es imprescindible pensar que lo que contamos es interesante para mejorar nuestra sociedad. Fue así como, prácticamente, convertí mis propias vivencias en un experimento, y asumí que el compartirlas con la gente implicaba una responsabilidad muy grande.
Estamos ansiosos de rodar en Ciudad de México… ¿A dónde iríamos?
Sin ninguna duda, a refrescarnos entre la vegetación del Bosque de Chapultepec. Acompañados con un buen libro y un delicioso aperitivo, terminaría el paseo en el Audiorama. ¡Es mi lugar favorito en el mundo!
[Este reportaje forma parte de la edición impresa de Ciclosfera #29. Lee el número completo aquí]