Bicicletas

Martin Schellhase, Schindelhauer: “Sería maravilloso que todo el mundo se moviera en bicicleta, por eso intentamos dar lo mejor”

Alemanas, avanzadas tecnológicamente… y muy bonitas. Las bicicletas Schindelhauer son uno de los referentes de la industria ciclista de Alemania, y también están disponibles en España. Hablamos con Martin Schellhase, CEO de la compañía, sobre el presente y futuro de la marca.

¿Cuándo, y por qué, nació Schindelhauer?

Creamos la marca a finales de 2008, y lanzamos nuestro primer modelo en 2009. Tuvo mucho que ver descubrir en algunos modelos de Harley Davidson el Gates Carbon Drive (sistema de transmisión por correa en lugar de cadena): contactamos con su importador e inventor y probamos a incorporarlo a una bicicleta urbana, con unos resultados magníficos. Viendo que combinaban perfectamente, desarrollamos nuestro primer modelo ya sobre este sistema.

Y, desde entonces…

La marca ha crecido sin parar. Nuestra producción inicial era muy pequeña, pero ya tenemos un amplio catálogo de modelos, cada vez más variados, y somos 11 personas trabajando, a tiempo completo, en la empresa.

Que está situada en Berlín.

Sí, nuestras oficinas están en Berlín, pero la mayor parte de la producción se desarrolla en Magdeburgo, al noreste de Alemania.

Os lo habrán dicho muchas veces, pero las Schindelhauer son, realmente, bicicletas muy bonitas.

¡Gracias! Todo el equipo participa del diseño, aportando nuestras ideas, pero la decisión final la tienen el diseñador industrial jefe y dos ingenieros.

Schindelhauer Willhelm de 2017.
Schindelhauer Willhelm de 2017.

De momento, sólo ofrecéis bicicletas urbanas.

Sí… Nos interesa mucho la movilidad urbana y, por supuesto, amamos el ciclismo, así que queremos promover el uso de la bicicleta en la ciudad centrándonos en ello. Por supuesto que nos gusta salir a montar por la montaña, o en carretera, pero nuestra prioridad es la ciudad, a combinación entre una bicicleta urbana y el Gates Carbon Drive es inmejorable y, como sería maravilloso que todo el mundo se moviese en bici, intentamos facilitarle la mejor.

¿Haréis pronto eléctricas?

Lo hemos estudiado, es un tema interesante, pero no es una prioridad. Quizá en tres o cuatro años la saquemos, porque sería una buena combinación. En Berlín, desde luego, se ven cada vez más.

¿Por qué hay tantos ciclistas en la ciudad?

Ya había una cierta tradición pero, sobre todo, porque el transporte público es carísimo y no siempre te ofrece una buena combinación. La bici, en cambio, sale gratis, las distancias no son excesivas y, como mucho en media hora, puedes llegar a cualquier punto de la ciudad.

El precio de una Schindelhauer, en España, oscila entre los 1.395 y los 3.695 euros. ¿Qué le podéis decir a un español para que se gaste ese dinero en una urbana?

La bicicleta de ciudad es, al final, la que vas a usar todos los días, por lo que debe ser resistente, ligera, divertida y, sobre todo, fácil de mantener. Seguro que, además, te gusta pedalear todos los días sin tener que estar pendiente de, por ejemplo, engrasar y limpiar la cadena.

Uno de los peros más frecuentes, por supuesto, es de la inseguridad respecto a los robos.

Pasa lo mismo en Alemania… Estamos trabajando con distintos sistemas de candados inteligentes, comunicados con el teléfono móvil, y en uno de nuestros modelos ya integramos, por ejemplo, el sistema COBI. Estamos trabajando duro en este sentido, para ofrecer la máxima seguridad ante los robos en nuestras bicicletas.

¿Cuántas máquinas fabricáis al año?

Unas 2.000. Casi la mitad las vendemos en Alemania, y un total del 80-85% se quedan en la Unión Europea. En todo caso, tenemos acuerdos con socios y distribuidores en muchas grandes ciudades del mundo.

Es conocida la complicidad del gobierno alemán con la industria del automóvil. ¿Pasa algo parecido con la del ciclismo?

No, en absoluto. No recibimos ningún tipo de ayuda… Nada que ver. Están muy involucrados con la industria automovilística, es un lobby muy potente… Desde luego, muchísimo más que el del ciclismo.

Y, pese a todo, sois optimistas.

Por supuesto. Creo que, si tienes un muy buen producto, siempre puedes y debes ser optimista.