Los hechos sucedieron el 12 de febrero, en Londres. Fue ese día cuando Kim Briggs, de 44 años y madre de dos hijos, salió de su trabajo para comer. Fue entonces, en la calle Old, cuando tuvo la desgracia de cruzarse con Charlie Alliston.
Alliston trabajaba como bicimensajero. Cuando los hechos ocurrieron tenía 18 años, y montaba en su bicicleta de piñón fijo de segunda mano. Según reconoció después, iba muy rápido y gritó dos veces a Briggs para que se apartase de su camino, algo que la víctima no hizo. El resultado: un choque, en palabras del propio Alliston, “bastante duro, en el que nuestras cabezas golpearon”.
La forma de circular de Alliston fue definida como “irresponsable y furiosa”
Kim Briggs se llevó la peor parte: murió a consecuencia de las heridas provocadas por el accidente, y Allison ha sido llevado a juicio. El juez le ha condenado a 18 meses de cárcel: aunque fue eximido de la acusación de “homicidio imprudente”, sí se le consideró responsable de las heridas que provocaron la muerte de la atropellada.
“Era usted un accidente seguro”, dijo el juez, “y cualquier peatón podría haber sido la víctima”. La forma de circular de Alliston fue considerada “irresponsable y furiosa”, y el juez concluyó que, de haber tenido un freno delantero, Allison podría haberse detenido, “pero con esa bicicleta ilegal no fue posible, y ni siquiera lo intentó lo suficiente. Sólo esperaba que la víctima se apartara de su camino”.
Ilegal, estúpido y trágico
Duncan Dollimore, de We Are Cycling UK (asociación de ciclistas del Reino Unido), se mostró a favor de la condena, asegurando que “desmonta el mito de que los ciclistas nunca rinden cuentas de un comportamiento irresponsable que afecta a los demás”. Para Dollimore, la decisión de Allison de ir en una bicicleta sin freno delantero fue “ilegal, estúpida y tuvo consecuencias trágicas”.
Aunque el comportamiento del bicimensajero ha sido muy criticado, muchos preguntan por qué casos similares y muy habituales con automovilistas no tienen la misma repercusión
En la revista Cycling Weekly, sin embargo, también reflexionan sobre el castigo impuesto, preguntándose por qué, en cambio, se condenó a sólo 16 semanas de cárcel a un automovilista que embistió a un grupo de ciclistas, usando su coche como un arma tras amenazarles en varias ocasiones. El caso también ha servido para que distintos colectivos ciclistas denuncien cómo los medios de comunicación han afrontado el caso. “En los primeros catorce días de juicio”, denuncian, “los coches han matado a 8 peatones, dos ciclistas y dos motociclistas. ¿Por qué no se habló de esos casos?”. Peter Walker, autor de un famoso blog ciclista en The Guardian, reflexionaba precisamente sobre cómo casos sobre el de Charlie Alliston son utilizados por muchos para crear la falsa impresión de que abundantes e imprudentes ciclistas tienen aterrorizado al país.