Con Narcís Ferrer -director de la Agencia Catalana de Turismo "La red cicloturística Catalana"- como moderador, la charla de CICLOBCN21 tuvo cinco expositores que detallaron las estrategias que se están poniendo en marcha en cada uno de sus países para promover el turismo en bicicleta. Ferrer definió a Barcelona, sede del encuentro, como una ciudad bike friendly: “Estamos en el top 10 de destinos ideales para ciclistas, y eso nos alegra mucho porque hoy la bicicleta tiene un papel fundamental en la transformación de la sociedad”, señaló antes de darles paso a los conferencistas invitados.
"Cataluña tiene muchas posibilidades para el cicloturismo, mucho potencial"
Por paisaje, clima y tradición -aseguró Xavier Flores, encargado de Infraestructuras de Movilidad de la Generalitat de Cataluña-. Trabajamos alrededor de tres ejes: una movilidad cotidiana cada vez más amable, la gobernanza -entendida como un desarrollo económico, social e institucional duradero- y el impulso de la bicicleta como instrumento ideal para el turismo. Este último objetivo es muy importante porque Cataluña es una potencia turística mundial. Apuntamos tanto a los que llegan para hacer turismo de fin de semana como a los que buscan un recorrido más completo. Tenemos una enorme diversidad de climas y paisajes, y un patrimonio cultural que le da un valor especial a cada lugar. En dos o tres años vamos a desarrollar 1.500 kilómetros de rutas para los cicloturistas. Ya tenemos 300 señalizados especialmente para recorridos en bicicleta. La ruta de los lagos, por ejemplo, permite jugar con la dualidad tren/bicicleta. Eso le da mucha personalidad a la ruta, que además tiene grandes atractivos naturales: desfiladeros impresionantes y otros paisajes maravillosos de montaña. Y también estamos trabajando en la digitalización de toda la información de esas rutas para facilitarle el acceso a los que las recorran”.
Xavier Font, jefe de la Oficina Técnica de Turismo de la Diputación de Barcelona, habló del proyecto de construcción de 300 kilómetros de vías inteligentes y sostenibles, las llamadas “vías azules” (vies blaves en catalán en las que se viene trabajando desde 2016. “Cataluña es un territorio con un historial turístico importante. Tenemos un patrimonio cultural, histórico, gastronómico y arquitectónico muy valioso. Y lo que proyectamos es más que una red cicloturística. Estamos avanzando en la digitalización de esa red para cuidar la seguridad de los ciclistas, por ejemplo. Todo esto provocará una dinamización económica porque Barcelona tendrá, además de EuroVelo (la red de rutas transeuropeas de larga distancia para realizar en bicicleta), nuevas redes. La inversión total va a alcanzar los 50 millones de euros. Ahora es el momento de crear un ente de gestión de este proyecto, que incluye dos puentes sobre el río y cuatro más sobre canales de la región. También conexiones para compartir movilidad de bicicleta con el transporte público. Pero el proyecto no tiene sentido si no lo conectamos con la vías de EuroVelo y las vías verdes de Cataluña. Antes de fin de año, pondremos todo eso en marcha”.
Por su tradición ciclista pero, sobre todo, por su apuesta por el cicloturismo, Flandes es un auténtico imán para los amantes de la bicicleta
La de Bélgica fue una de las presentaciones más sólidas y atractivas de la tarde. Johan Vanswijgenhoven, coordinador de Visit Flanders, mostró cómo son las “nueve rutas ciclistas icónicas” con las que Flandes busca potenciar sus destinos cicloturísticos. “Son rutas de larga distancia que permiten descubrir toda la magia de Flandes -explicó-. Es un proyecto importante porque promueve un turismo sostenible y al mismo tiempo impulsa el desarrollo de negocios. Flandes tiene una enorme tradición relacionada con el ciclismo deportivo, pero el objetivo está puesto ahora en el turismo en bicicleta. Las nueve rutas, cada una identificada con un color diferente, cubren 2.500 kilómetros y fueron desarrolladas en apenas un año y medio. Cada ruta icónica tiene un tema específico, un enfoque temático que busca abrir el apetito de los turistas. La ruta de la costa, por ejemplo, recorre 85 kilómetros de playas y se complementa con EuroVelo 4 y EuroVelo 12, y hay otras con reliquias de guerra, monumentos, castillos, hermosos paisajes a la vera de ríos, zonas de montaña… Bélgica es un país con una gran riqueza cultural, y recorrerla en bicicleta es un gran plan. Hay incluso una ruta que permite conocer Flandes al cien por cien en unos diez días”.
Daniel Mourek, de la Federación Ciclista de Chequia, trajo noticias de la Ruta Verde Ciclista del Elba y contó pormenores del trabajo complementario que su país viene desarrollando con Alemania. “El cicloturismo es mucho más que ir de un punto a otro en bicicleta -dijo-. Nosotros proponemos 1.300 kilómetros de una aventura que empieza en Chequia y llega hasta Alemania. Es una ruta ciclista muy popular que pasa por ciudades tan importantes como Hamburgo y Praga. Además de los atractivos del paisaje natural, hay restaurantes de comida orgánica, hoteles con beneficios para ciclistas, un sistema de vigilancia muy eficaz, sitios para aparcar y un sistema de cargas para bicicletas de 600 puntos distribuidos por toda la ruta. Con nuestros socios alemanes editamos una guía de cien páginas para promover la ruta con los puntos de interés y hacemos una trabajo intenso en redes sociales. Tenemos un control permanente de las personas que usan las rutas, lo que nos permitió hacer un estudio regional orientado a medir el impacto económico que produce la ruta. Hay que tener en cuenta que son más de 200 mil los ciclistas que la recorren anualmente”.
Arquitecta y empresaria, la turca Merve Akdag habló en nombre del gobierno municipal de Estambul, que ha decidido poner el foco en el rico legado cultural de la ciudad y promoverlo como un incentivo clave para el cicloturismo. “En nuestra ciudad las soluciones mediante la fusión de transporte son muy factibles. Es una ciudad muy grande, de 5.300 kilómetros cuadrados con una gran diversidad de geografías, climas, flora y fauna. En 20 kilómetros, el paisaje de Estambul puede cambiar radicalmente -explicó-. Ahora estamos promocionando específicamente las zonas que han sido declaradas patrimonio cultural por la Unesco. Es un proyecto muy participativo, les preguntamos a los ciclistas viajeros por sus motivaciones, sus necesidades y sus referencias. Una de las fortalezas de Turquía es la hospitalidad de su gente. También es muy valorada su gastronomía. Al tener carriles bici que se unen con el ferry y las estaciones de trenes, Estambul cuenta con un gran potencial para desarrollar el turismo sostenible. Y queremos conectar esta ruta sostenible con las líneas de EuroVelo cuanto antes”.
Sobre el final del encuentro tuvo lugar la única exposición a distancia, la que llevó adelante Ivana Karuza, del Croatian National Tourist Board (CNTB), que está promoviendo un programa destinado a descubrir la ruta del Mediterráneo en ese país de los Balcanes. El potencial de Croacia está relacionado con la sorprendente diversidad de su paisaje: “Hay mucho contraste y muchas joyas culturales e históricas. Tenemos 1.244 islas y la bicicleta es ideal para visitarlas. Además es un país con un clima estupendo: unos 300 días del año son soleados. Y hay cuatro rutas EuroVelo que pasan por Croacia. Hablamos de 1.116 kilómetros a lo largo de la costa de Croacia, divididos en veinte segmentos de entre 20 y 50 kilómetros. Señalizamos buena parte de las rutas, proponemos recorridos que combinan la costa mediterránea con otros destinos turísticos excepcionales pero menos conocidos. Ciudades y pueblos pequeños pero llenos de encanto. A ocho de los diez lugares consagrados como patrimonio de la humanidad de nuestro país se puede llegar a través de las rutas para ciclistas. Croacia es uno de los países mejor conservados de Europa, tenemos tres parques nacionales y cuatro naturales, además el 10% de nuestro territorio está protegido. También hay unos cuantos atractivos particulares: la catedral más pequeña del mundo en Nin, el museo dedicado al ganador del Premio Nobel de Física Nikola Tesla y Dubrovnik, una ciudad monumental que es Patrimonio de la Unesco y donde se filmaron varias escenas de la serie Juego de Tronos”.