El ser humano tiene una gran urgencia y un enorme reto: cuidar el medio ambiente. Algo muchas veces minimizado e incluso despreciado por determinados sectores, y por desgracia aún merecedor de un lugar muy pequeño y marginal en la agenda política. Pero los datos son categóricos: la temperatura media del planeta ha aumentado dos grados en el último siglo. La población crece de forma continua (ya somos unos 7.700 millones de personas, y en 2050 seremos unos 2.000 millones más). Y cada vez contaminamos más (las emisiones de carbono crecen, cada año, entre un 1,4% y el 2,1%).
Según el presidente de Trek, "la mayor amenaza para el planeta es creer que otros lo salvarán". Por eso la compañía ha puesto en marcha distintas medidas para reducir su huella ecológica.
Según los expertos, tenemos diez años para invertir el cambio climático: las consecuencias serán, después, imprevisibles. Por eso John Burke, presidente de Trek Bicycle, ha hecho que desde las oficinas centrales de la compañía en Waterloo, Wisconsin (EE UU), se tomen el asunto muy en serio. “La mayor amenaza para nuestro planeta es creer que otros lo salvarán”, sostiene Burke citando a Robert Swan. Por eso, su compañía aspira a convertirse en una referencia a la hora de enfrentar estos problemas. Adoptando políticas orientadas a reducir la huella ecológica en la fabricación de bicis, accesorios o componentes. Adecuando y optimizando el funcionamiento interno de la compañía. Y, por supuesto, fomentando el uso de la bici para crear una sociedad, un planeta, más saludables… y ciclistas.
El coste (ecológico) de una bici
Es cierto: hacer bicis contamina. Pero también lo hace el tener hijos, trabajar, estudiar o, simplemente, vivir. Por eso Trek se alió con la consultora especializada WAP para diagnosticar su huella de carbono a nivel mundial: esta fue de 300.000 toneladas métricas de CO2. Un impacto que, además, está atenuado por la pandemia del covid-19, que redujo de forma drástica eventos, viajes corporativos o desplazamientos al lugar de trabajo. Un impacto muy elevado, por supuesto, pero relativo: es la misma huella que generan 65.000 automóviles en el mismo espacio de tiempo.
Yendo todavía más allá, la marca analizó cada modelo y quiso saber las emisiones de carbono generadas en la fabricación de cuatro de sus modelos más populares. Las cifras no mienten: una sola Trek Marlin, su bici más vendida en el mundo, genera 116 kilos de CO2. La Madone, referencia en bicis de carbono de carretera, 197 kilos. La Fuel EX, bici de montaña de doble suspensión, 153 kilos. Y una eléctrica, el modelo Rail, implica generar 229 kilos de CO2. Sí, cifras de contaminación pero que esconden una buena noticia: conociendo el proceso y su resultado, es posible reducirlo, mitigarlo o compensarlo.
Diez mandamientos de sostenibilidad
Manos a la obra: para Trek, era el momento de establecer dinámicas para mejorar esas cifras. La primera clave hacía referencia al mayor generador de emisiones de carbono de la compañía: el transporte de mercancías. Y es que, cuando uno es proveedor a nivel mundial, es necesario transportar (enviar y recibir) muchísimo material por tierra, mar y aire. En cuanto a velocidad, coste e impacto medioambiental, cada medio tiene unas exigencias. El transporte aéreo es, por ejemplo, muchísimo más rápido, pero su huella de carbono se multiplica por 84. Toca reducirlo: Trek aspira a dejarlo en el 25% respecto a los niveles previos a 2020. Medidas que pueden hacerse realidad mejorando los procesos de planificación y trabajando para que el número de viajes sea inferior.
¿Cómo? Por ejemplo, agrupando y consolidando los envíos a las tiendas a nivel mundial en 2024. Pero hay muchas más medidas: Trek quiere que todas sus instalaciones en propiedad utilicen energía 100% renovable en 2023. Reducirá los viajes de negocios al 50%. Aumentará el uso de materiales alternativos. Se ha comprometido, como miembro fundador de NextWave Plastics, a fabricar productos con plástico recuperado de los océanos. Categorizando todos los residuos de sus fábricas para no enviar nada a los vertederos en 2024. Y, claro, creando proyectos como la Trek Foundation (que brinda apoyo financiero a los propietarios de terrenos para crear senderos ciclistas de uso público), PeopleForBikes (organización líder en la defensa de la práctica del ciclismo en EE UUs) o PlacesForBikes. Entidades que, para Trek, “consiguen que nuestro planeta sea un lugar mejor para las bicicletas”.
La regla del 692
Esfuerzos canalizados. Mejoras internas. Decisiones inteligentes y sostenibles. Pero también, claro, la necesidad de promocionar el ciclismo para alcanzar todos estos objetivos. La, según Trek, "regla del 692": recorrer 692 kilómetros en bici, en lugar de en coche, supone ahorrar el gasto de carbono que exige la fabricación de esa misma bicicleta. Las instituciones deben actuar: construir, por ejemplo, infraestructura que incentive el uso de la bici en la ciudad. Y, junto al sector, comprender y explicar que el 60% de los desplazamientos en coche son inferiores a diez kilómetros… ¡una distancia perfectamente realizable en bicicleta!
Según Trek, recorrer 692 kilómetros en bici en lugar de en coche equivale a compensar el gasto de carbono que implica haber fabricado esa bici.
El resultado sería inmediato: un cambio del 1% en la cuota modal del uso de la bici en EE UU supondría dejar de emitir 5,5 millones de toneladas de CO2, 17 veces la huella de Trek a nivel mundial. Si ese cambio en el uso ascendiera al 10%, solo en EE UU, nos ahorraríamos 55 millones de toneladas de CO2 vertidas a la atmósfera. No es una quimera: es solo cuestión de procesarlo y participar en el cambio. En los Países Bajos la cuota modal del uso de la bici ya es del 24%. Es el 20% en Tokio (Japón). O el 19% en Venecia (Italia).
Si construyes infraestructura, la gente montará en bici. Y si le ofreces seguridad y generas conciencia… todavía más. Utrecht, Groningen y Amsterdam, en los Países Bajos, son paraísos ciclistas. Como lo es Copenhague en Dinamarca. O como lo podrían ser Barcelona, Sevilla o cualquier otra ciudad española.
Del mar… a tu bici
Los propósitos son ya muchas veces realidades: aunque no lo sepas, es probable que tu Trek tenga ya elementos hechos con materiales reciclados. Como el portabidón Bat Cage, en los que se han empleado más de 1.750 kilos de redes de pesca abandonadas. Los puños Bontrager XR Trail Comp, Elite y Pro, que esconden más de 25.000 kilos de material reciclado desde 2020. O cualquiera de las bicis Trek de aluminio: el 30% de su cuadro ya era de aluminio reciclado, pero la marca desarrolla acuerdos para usar cada vez más un material que, reciclado, conserva la misma integridad estructural independientemente de las veces que se reutilice.
Sin plásticos
Otro de los grandes retos de Trek es eliminar los residuos plásticos de sus embalajes. La marca ya ha conseguido, por ejemplo, eliminar 12 de los 24 elementos no reciclables del embalaje de su modelo más vendido, la Marlin, lo que ha supuesto eliminar 45.359 kilos de embalaje plástico sólo en 2021. Pero el ahorro va mucho más allá: Trek ha eliminado 111.583 kilos de residuos en sus bicis de acceso a la gama para adultos. 18.143 kilos en la gama alta para adultos. 26.308 kilos en las bicis infantiles. 5.715 en la gama Electra y hasta 29.664 entre todas sus e-bikes. En total…. ¡196.677 kilos menos de residuos plásticos en embalajes sólo desde 2020!
Que Trek apueste por el cambio es todo un ejemplo, como lo es el hecho de analizar y explicar todos sus procesos en un detallado informe público.
Un informe. Un mundo
Que Trek adopte esta actitud y apueste por el cambio es todo un ejemplo, como lo es el que analice y explique los procesos que lo componen en un informe muy detallado donde explica la situación y propone soluciones para revertir dinámicas. Dinámicas vitales, globales y personales. Las empresas son claves en el cambio. Y tú también: porque si pedaleas, si cuidas el medio ambiente y animas a los demás a comprometerse, el planeta estará agradecido. Y nosotros, todos, viviremos mucho mejor.