La mayor parte de los ciclistas británicos tienen entre 25 y 44 años y, sobre todo… Son hombres. Según los estudios apenas un 4% de las personas que se suben a una bicicleta más de una vez a la semana son mujeres, mientras que en países como Holanda el 55% de los trayectos ciclistas son realizados por féminas.
Will Verity quiso indagar más sobre esta cuestión, y descubrió que el principal argumento que las mujeres manejan para no usar la bicicleta a diario es el miedo. “Sólo uno de cada 32.800 trayectos en bici terminan en un accidente grave”, explica Verity en su web, “y la posibilidad de morir es de uno por 11 millones. Eso significa que tendrías que moverte por Londres todos los días, durante 900 años, para sufrir un accidente grave… Pero no era suficiente”.
Así que Verity exploró en el mundo animal para encontrar analogías en el comportamiento sobre una bicicleta, y comprobó que muchos animales emiten avisos visuales cuando se sienten amenazados, o bien para asustar al depredador o bien para distraerle y así encontrar más posibilidades de huir. “Me interesó ese aspecto”; explica el diseñador, “y cómo podía aplicarlo a un escenario en el que el ciclista es amenazado por un vehículo que ejerce como depredador”.
Para Verity, las chaquetas actuales convierten al ciclista en un obstáculo, no en una persona
Verity probó con distintos materiales y respuestas, hasta encontrar unos sensores de proximidad que, integrados en la espalda de una chaqueta, controlaran un panel de luces LED. ¿El resultado? Si un coche se acerca demasiado al ciclista, la chaqueta respondería con un destello intermitente.
Según explica en su web, el objetivo “no es sólo desarrollar una prenda, sino cambiar el lenguaje visual de las chaquetas ciclistas. El actual, basado en una alta visibilidad, es parecido al de las señales de tráfico o los avisos de obras de mantenimiento en la carretera, lo que contribuye a que el ciclista sea identificado como un obstáculo en el entorno, y no como una persona”. La chaqueta Deimatic es mucho más activa y tiene una estética diferente, lo que presuntamente lograría dar al ciclista “un mayor espacio en la calzada y mucha más seguridad”.
La chaqueta no está todavía a la venta, y puede verse más como un experimento conceptual que como un objeto cercano a la fabricación en serie. Sin embargo, supone una interesante reflexión, y quizá dé alguna pista sobre cómo puede ser la ropa ciclista en un futuro cercano.