Es una de las ciudades más antiguas de Europa y, por tanto, un lugar rebosante de historia y encanto a cada esquina. El centro de Kiev comenzó a formarse a principios de la Edad Media, hace más de 1.500 años, construyéndose sus primeros edificios en los puntos más altos. Por eso la ciudad tiene una cantidad casi inabarcable de colinas: casi todo es cuesta arriba o cuesta abajo, lo que provoca que, cuando tienes varias opciones para llegar de un punto a otro, a menudo escoges la ruta más larga con el objetivo de evitar subidas extremas.
¿Infraestructura ciclista? Esto… ¿perdón? No, en Kiev no hay prácticamente nada de infraestructura ciclista. Aunque quizá es cuestión de tiempo que la cosa cambie. Vitali Klitschko, ex campeón de boxeo en la categoría de peso pesado, es el actual alcalde de la ciudad y ha apostado públicamente por la construcción de caminos para los ciclistas. De hecho, Klitschko monta habitualmente en bicicleta y ha apoyado en público a los colectivos que abogan por cambiar la situación. El primer paso en esa dirección ha llegado este mismo año: un carril bici de 22 kilómetros que discurre desde el extrarradio de la ciudad hasta el centro. Y sí, es errático y su diseño es más que cuestionable, pero… es eso: un primer paso, y por algo había que empezar.
El resultado es que aquel ciudadano de Kiev (‘kievitas’, nos llaman) que quiera optar por usar la bicicleta como medio de transporte tiene dos opciones: calzada o acera. Y los datos muestran, claramente, que la gran mayoría no duda al elegir la segunda. Dos de cada tres ciclistas aseguran que compartir asfalto con los vehículos a motor les produce terror, lo que deriva en el inevitable conflicto con los peatones.
Dificultad y diversión
Pero que nadie se lleve a engaño: pedalear por las calles de Kiev es divertido, muy divertido. Porque en ella abundan los atascos entre los que serpentear en carreteras de cuatro carriles, la posibilidad de emprender evocadores paseos nocturnos y, para los gourmets, los caminos empedrados por doquier. Cuando se trata de esclarecer quién es el ciclista más osado de la ciudad, se celebra el Street King: una carrera callejera que suelen ganar ciclomensajeros, generalmente de la empresa UUA Bike Couriers, pioneros en el oficio de entregar paquetería en bicicleta. Desde luego, saben lo que hacen.
Entre esos mensajeros tenemos hasta una auténtica leyenda: Roman, más conocido como Romp. Un monstruo que lleva años haciendo más de 100 kilómetros al día, y cuyas cuentas en Strava e Instagram provocan admiración y respeto más allá de las fronteras de Ucrania. Romp fue el creador de una moda bautizada como Kievstyle, que consiste básicamente en comprar una bicicleta de piñón fijo que te quede pequeña, y circular con una tija muy alta.
Hacia la montaña
Pero, como ocurrió en muchos otros lugares del mundo, llegó un momento, en torno a 2015, en el que la fiebre fixie comenzó a desvanecerse. Pero aquello no fue sino el nacimiento de una nueva subcultura ciclista, la ATCX (siglas de Alco Team Cyclo Cross). Todo comenzó con un pequeño grupo de amigos que se iban de excursión, pedaleando, cada fin de semana al bosque. A partir de ahí se fue creando una inmensa comunidad, casi una familia, que hoy en día reúne a infinidad de ciclistas de diferentes ciudades e incluso países.
No sólo se trata de pasear por la naturaleza. ATCX organiza una serie de carreras como la Mystic Mountain, que se celebra en uno de los lugares más mágicos de todo el país, la llamada Montaña Calva, emplazamiento tradicional de las reuniones de brujas. Una competición amateur que, en la medida de lo posible, se procura mantener casi en secreto para que no atraiga a grandes masas (así que, por favor, no se lo digáis a demasiada gente). Porque lo importante, aunque se compita, es pasarlo de miedo.
Ucrania tiene fama de ser un lugar en el que el alcohol corre con facilidad, algo que se refleja también en la cultura ciclista. La semana antes de Nochevieja se celebra una singular carrera llamada ‘Beber o morir’, y cuyo objetivo es tan sencillo como su propino nombre indica: beber todo lo puedas y ser capaz de mantenerte sobre la bicicleta. Los participantes ganan puntos bebiendo y completando una serie de retos, por lo que más que una carrera se trata de una gran fiesta etílica.
Y ya que hablamos de alcohol… ¿qué tal un paseo por un lugar legendario? Черный капитан (El Capitán Negro) fue durante años, y en época de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el establecimiento con la bebida más barata de la ciudad. Y así sigue siendo. No hace mucho tiempo, el lugar sólo lo frecuentaban alcohólicos tristes, pero de un tiempo a esta parte se ha convertido en un lugar enormemente popular entre los jóvenes y una visita obligada para cualquier turista. Donde fueres, haz lo que vieres. ¡Otra ronda!
Un velódromo histórico… y agrietado
El hecho de que las infraestructuras ciclistas de Kiev brillen por su ausencia no significa que el ciclismo no sea un deporte popular en la capital ucraniana. De hecho, la ciudad puede presumir de contar con uno de los velódromos más antiguos y emblemáticos de toda Europa. Construido en 1913, ha sido reformado en infinidad de ocasiones, la última este mismo 2017. ¿El resultado? Un nuevo despropósito. A final de la temporada los expertos han observado enormes grietas en la superficie, y nadie sabe si el velódromo sobrevivirá a las temperaturas extremas del invierno.
Santa Sofía y las Cuevas de Kiev: maravillas del mundo
Son, sin lugar a dudas, las dos imágenes más icónicas de Kiev. El monasterio de las Cuevas de Kiev es un imponente templo cristiano ortodoxo erigido en 1051, durante el reinado de Yaroslav el Sabio. El inicio de su construcción coincide prácticamente en el tiempo con el de Santa Sofía, cuya primera piedra se puso en 1037. Las cúpulas de ambos edificios dibujan el inconfundible skyline de la ciudad y son, con diferencia, los lugares más visitados por los turistas, seguidos de lejos por el Teatro de la Ópera, la Filarmónica Nacional de Ucrania el Museo Histórico Estatal o los Estudios de cine Dovzhenko.
Kiev, en cifras
Población: 2 907 684 habitantes. 82% ucranianos, 13% rusos, 5% otros. 46,7% de hombres, 53,3% de mujeres.
Superficie: 839 km2
Idioma: ucraniano (23%), ruso (52%), resto (24%).
Clima: continental húmedo. Inviernos con temperaturas medias de -4,6 a -1,1 °C. Veranos, de 13,8 a 24,8 °C
Alcalde: Vitali Klichkó ( Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma)
Transporte: destaca el metro de Kiev, en el que viajan cada día más de 1,38 millones de pasajeros.