En Ciclosfera lo decimos a menudo: la bici no tiene edad. Y cada vez son más los casos que así lo demuestran.
El último en hacerlo ha sido Amador Cruz Bizarro, un septuagenario jubilado residente en Olesa de Bonesvalls, Barcelona, cuya historia de superación merece un aplauso sonor: durante siete días ha pedaleado desde el Alto Penedés hasta su aldea cordobesa, Genilla. En total, 1.007 kilómetros de odisea.
Bizarro partió de la localidad barcelonesa el pasado 26 de mayo, en una primera jornada de ruta en la que realizó nada menos que 175 kilómetros. El resto de días fueron similares, con trayectos de 150 kilómetros de media diarios.
«Me gustan los grandes retos y ese ha sido uno de los motivos por los que me decidí a trasladarme en bicicleta de montaña desde mi localidad actual, Olesa de Bonesvalls, hasta mi ciudad natal, Priego de Córdoba. Cuando se lo dije a mi familia casi me tachan de loco, aunque poco después y conociéndome, me dieron su total apoyo”, ha declarado Bizarro al diario ABC.
“Cuando se lo dije a mi familia casi me tachan de loco”
El equipaje del jubilado ha consistido dos alforjas, con un total de 29 kilos. En ellas trasladaba alimentos y ropa para cada día, principalmente prendas deportivas. Su alimentación ha estado basada en embutido, barritas energéticas y geles y, de vez en cuando, “algún bocadillo”. Toda la aventura la ha realizado por carreteras nacionales.
Cuando uno lleva todo un día pedaleando, tiene ganas de pillar una buena cama. Y sin embargo, Amador ha prescindido totalmente de hoteles: cada noche instalaba su campamento, consistente en una esterilla y un saco de dormir, bajo un árbol en algún lugar recogido.