No podía ser en otro lugar. Los holandeses sienten casi la misma pasión por las flores que por las bicicletas, por lo que no nos sorprende la iniciativa que Mathieu Halkes y Olaf Lemmers han llevado a cabo en Utrecht. Se trara de combinar su amor por la bicicleta con la afición por la jardinería en espacios públicos.
Alegrando la ciudad
Dueños de un centro de jardinería, Halkes y Lemmers se subieron a sus bicis armados de tierra y flores, acompañadas por mensajes optimistas y primaverales y banderitas de su blog Tuin & Balkon. Su hazaña no termina ahí: también colocaron pequeñas cestas de flores y plantas en varias bicis estacionadas en la estación de tren.
“Tras el largo y frío invierno queríamos sorprender a la gente que volvía del trabajo y ver qué cara ponían al encontrar su bicicleta llena de colorido”, afirma Halkes. En lo que se ha definido como “agricultura de guerrilla” han llenado el espacio público de flores y pequeños mensajes reivindicativos, muestras artísticas que contribuyen a generar una conciencia colectiva o, simplemente, alegrar el día a los demás. Sin duda, una agradable sorpresa.