Primero, una curiosidad… ¿qué significa Ikuri?
Ikuri es, en la cultura indígena de México, maíz, y nuestro logo es un quetzal, un ave de México, Guatemala y Costa Rica. Además, es el nombre de mis dos hijos, Leandro Ikuri y Liam Quetzal, porque su padre es mexicano.
¿Cuál es la historia de tu compañía?
Soy historiadora de arte, pero era muy difícil avanzar profesionalmente en este sector, con dos hijos pequeños (tienen 4 y 2 años) por lo que tuve que buscarme otra profesión. Cuando mi hijo mayor tenía seis meses nos fuimos a vivir un tiempo a México, y me llamaron la atención los manteles de plástico que tenían en casi todos los restaurantes callejeros… Eran originales, resistentes y muy bonitos. Como siempre he usado la bici pensé que podrían hacerse unas buenas bolsas con ellos, me asocié con una amiga local, Alejandra Vega, encargué hacer varias en México y las traje a Alemania, donde tuvieron mucho éxito desde el primer momento.
¿Dónde se fabrican las bolsas?
En Guadalajara. Alejandra, mi socia, vive allí, mi esposo también nació allí y fue donde surgió la idea. Además, tenemos quien nos las haga allí: las fabrica un señor con su familia, algo muy pequeño pero muy eficiente y cuidadoso.
¿Qué te dijeron cuando las presentaste en Berlín?
Fue en un mercado callejero, donde también vendían ropa, fruta, verdura… y gustaron mucho. Creo que puse 50 a la venta y se vendieron todas. Las mochilas y bolsas para bicis suelen ser muy serias, muy oscuras, y estas desde luego no lo son.
¿Qué diseños eliges?
Trato de ir cambiando, y hago unas diez bolsas de cada serie. Unas funcionan mejor, otras no tanto, en cada pedido introducimos unos cuantos estampados nuevos… También vendemos bolsas que no son de bicicleta, pero estas son las que mejor se venden. Alforjas, mochilas… Ahora quiero sacar una línea para llevar delante, colgadas del manillar.
¿Usas mucho la bici?
Sí. No tengo carné de conducir ni coche, y voy a todos lados en bicicleta. No me interesan nada los coches, me parece muy bonito todo lo que implica el estilo basado, exclusivamente, en moverse en bici. Y mis hijos lo comparten: desde que son bebés se han desplazado en bici, y ahora siguen haciéndolo de manera más autónoma.
¿Cómo vendes tus bolsas?
Casi todo por Internet, es lo que mejor me funciona. Creo que, también, es por mi estilo de vida: con dos niños tan pequeños no puedo viajar demasiado, ni estar todo el día visitando tiendas… Prefiero trabajar desde casa.
¿Dónde te compran más?
La mayoría de las bolsas se venden en Alemania, aunque también vendo bastante a Francia y Reino Unido. Los precios están en torno a los 40 y 50 euros, y funcionan también bien en Amazon. En México no vendemos aún, pero me gustaría tenerlas, por ejemplo, en lugares de playa.
¿Requiere mucha infraestructura fabricarlas en México y venderlas en Europa?
En mi caso, no… Cree una empresa, algo necesario para importar, me dieron un número de identificación para la aduana y no he tenido nunca ningún problema. Tengo un stock determinado y, cuando se empiezan a agotar, voy trayendo más desde allí.
Imagino que, también, trabajas mucho las redes sociales.
Por supuesto, son muy importantes y, además, me gustan mucho. Me encanta la fotografía y, por su colorido, las bolsas quedan muy bien… ¡Estoy completamente enamorada de Instagram!