Es su primera tienda céntrica y se ubica en el barrio de Altona, al oeste de la ciudad. Ikea ha anunciado que se trata de un “experimento muy caro (el coste de apertura es de unos 80 millones de euros) pero que nos permitirá saber si el concepto de tienda urbana funciona y puede servir como modelo para otras grandes ciudades como Berlín”, ha anunciado el responsable Johannes Ferber.
El objetivo es llegar a un público más amplio… Entre el que se encuentran los ciclistas urbanos
El centro comercial se ubica en un terreno abandonado desde hace seis años, que fue ofrecido directamente por el ayuntamiento local. Ikea espera que unos 4.000 clientes visiten la tienda en los días laborables, y que la cifra se duplique en los fines de semana. El objetivo, en todo caso, es llegar a un público más amplio, sobre todo “urbanitas que no tienen coche o que no quieren usarlo para comprar en las afueras”, añade Ferber, que cuenta que esperan que más de la mitad de los clientes lleguen a la tienda en transporte público o bicicleta.
Préstamo de cargos y remolques
Y es que las bicis tendrán un papel importante en este nuevo Ikea. Según ha informado la compañía, Ikea prestará gratis a los clientes una bicicleta cargo o un remolque para transportar sus compras siempre que los devuelvan antes de tres horas. También, si no quieren hacer el esfuerzo, trabajadores de la marca usarán ese mismo medio de transporte para acercarles las compras por menos de diez euros.
No sólo eso: Ikea ha hecho un estudio de mercado en los alrededores de la nueva tienda, descubriendo que muchos de los posibles clientes tienen bicicleta. Conclusión: la marca empezará a vender productos relacionados con las dos ruedas empezando, probablemente, por soportes colgadores.