Holanda lo tiene claro: apostar por las energías renovables es una prioridad. Pero en un país tan densamente poblado -y cultivado hasta el último metro-, existe un serio problema de espacio para ubicar grandes instalaciones de paneles solares. Ante ese panorama, alguien se hizo una pregunta: ¿por qué no utilizar los carriles bici, de los que hay millones por todo el país?
El resultado no se ha hecho experar. El primer carril bici solar del mundo, SolaRoad, ya está en marcha en Krommenie, una localidad de 17.000 habitantes situada al noreste del país. Y ha sido inaugurado nada menos que por el ministro de Asuntos Económicos del país, Henks Kamp, lo que da una idea de la importancia que da el gobierno central al proyecto.
Holanda tiene 35.000 km de carriles bici que podrían serir de futura ubicación de más paneles solares
Solaroad es un carril bici de 100 metros de largo y 3,5 de ancho en el que se han ubicado unos paneles solares cubiertos con un grueso vidrio a prueba de desgaste y una capa adicional de plástico traslúcido antideslizante. Gracias a él se generan de 50 a 70 kilovatios/hora de energía por año, según explicó Sten de Wit, de la firma de ingeniería TNO, una de las responsables del proyecto. Esta energía equivale al consumo de entre dos y tres viviendas lo que, a pesar de ser una cantidad modesta, pretende servir de prueba para emplear la misma tecnología en mayores superficies y con placas más eficientes.
La primera calle solar del mundo -como la la han definido sus promotores- cuenta con una inversión de 3 millones de euros, y nace con vocación de futuro. No en vano, Holanda cuenta con 35.000 kilómetros de carril bici repartidos por todo el país que podrían servir de futura ubicación de más paneles solares.