Todos los vemos a diario rodar por las calles. Los repartidores de empresas como Glovo, Deliveroo o UberEats se han convertido en habituales de nuestras ciudades. Jóvenes que ruedan sin parar para ganarse el sueldo. Y jóvenes que pedalean, cada vez más, en bicicletas eléctricas.
Ese es el caso de Henry Antonio Ortega, un repartidor de Glovo que vive y trabaja en Barcelona. También, y a buen seguro, uno de los riders que más kilómetros ha hecho en la capital catalana en los últimos tiempos. Desde enero del año pasado lo hace en una Legend Etna, una de las bicicletas eléctricas más versátiles del mercado.
Son días extraños para todos. ¿Cómo estás viviendo la situación actual?
Gracias a dios no he tenido contacto con nadie, pero estoy tomando todas las medidas recomendadas: me lavo las manos constantemente, porque tengo mucho contacto con la gente, Sigue habiendo trabajo, aunque trabajé más el mismo mes del año pasado.
“Hasta hace seis meses trabajaba trece horas al día, de lunes a domingo, sin apenas descanso”
Llevas en tus piernas más de 20.000 kilómetros. Se dice pronto.
Bueno… podrían ser muchos más, porque desde hace seis meses me he relajado mucho (risas). Hasta entonces trabajaba 13 horas al día, de lunes a domingo, sin apenas descanso. Hacía unos 120 kilómetros diarios, a menudo llegando incluso a los 150. Ahora trabajo 10 horas al día.
¿Y cómo terminas la jornada?
¡Muy bien! Y muy tranquilo. Es lo que tiene moverse en bicicleta eléctrica.
Aun así, tendrás que descansar de vez en cuando…
Poco. Cuando algún amigo o amiga me convence para parar y salir a tomar algo (risas).
Trabajando tantas horas, ¿cuánto cobras al mes?
Si la cosa se da bien, puedo llegar a hacer unos 110 o 120 euros al día. En un buen mes puedo ganar unos 1.800 euros.
Háblanos de tu bici. ¿Cómo es la Legend Etna?
Es la aliada perfecta para un trabajo así. Debo reconocer que en un principio barajé la posibilidad de comprarme una bicicleta eléctrica mucho más cara. También pensé en una speed e-bike, pero al final me he dado cuenta de que lo importante es la calidad, y no tanto ir a 25 o 50 km/h. Estudié infinidad de modelos, y esta estaba en un punto intermedio en cuanto a precio. La probé y me sorprendió muchísimo. La batería me aguanta hasta 16 horas, lo que para mí es fundamental. Rinde mejor que muchas bicicletas mucho más caras. Y además es plegable, por lo que la comodidad es completa.
Así que puedes decir que te ha salido barata…
Y tanto. Creo que rentabilicé lo que me costó en apenas un mes.
¿Le sacas alguna pega?
(Piensa) Antes podía cargar el móvil en la bici. Ahora tarda mucho más en hacerlo, como 10 horas. Aunque también es verdad que me toca cambiar la batería.
¿Has tenido algún problema con ella?
Me la robaron en febrero del año pasado. Fue en un McDonalds a las dos de la madrugada. Y fue raro: siempre meto la bici a los restaurantes y no la dejo sola ni un segundo. En un momento que me despisté y giré la cabeza se la llevaron. Corrí a denunciarlo y, afortunadamente, la policía la encontró rápidamente. Jugó a mi favor el hecho de ser una bici que no es demasiado común. También, el que hubiera cámaras en el local. Y por supuesto, tener la factura de compra y todos los datos que demuestren que es tuya de cara a recuperarla.
“Barcelona es una ciudad fantástica para un repartidor en bicicleta”
¿Cómo es Barcelona para un repartidor en bicicleta?
Es una ciudad fantástica. La conozco como la palma de mi mano: de pe a pa. De arriba a abajo. De hecho, la conozco mejor que mi propia ciudad, San Salvador.
¿Hay algo que mejorar para que siga creciendo el número de ciclistas?
Hacen falta más y mejores carriles bici, porque se pierde tiempo en determinadas rutas. No es mi caso, porque yo voy tanto en carril bici como por la calzada sin ningún problema.
¿Has sufrido algún incidente?
Si te refieres a pelearme con algún conductor o algo similar, en absoluto. Creo que la gente es bastante cívica y respetuosa al volante. ¡Si estuviera en mi país ya habría muerto atropellado! Lo que sí he tenido, y lo reconozco, es un par de multas por pequeñas infracciones como saltarme un semáforo o llevar un altavoz a buen volumen, cosa que me gusta hacer. Cosas pequeñas, en todo caso: nada grave.