Eso ha hecho Porsche para vender su nuevo modelo, el Macan, un todoterreno deportivo y lujoso con el que la marca alemana quiere ampliar su público sumando a conductores más jóvenes y, por extensión, más deportistas.
La bicicleta cuadraba a la perfección con este segmento, y por eso una campaña en Canadá usa nuestro vehículo favorito para, al final, tratar de vendernos el coche.
En este caso recurre a Phil White, uno de los fundadores de Cervélo, una prestigiosa marca canadiense de bicicletas, que destaca las placenteras sensaciones que uno puede sentir al subirse sobre una de sus monturas. También Robert Pike, uno de los diseñadores, destaca la importancia de un buen diseño a la hora de crear máquinas eficientes y emocionantes.
El paralelismo es obvio: al igual que una bicicleta, el Porsche Macan es, se supone, una máquina ágil, sensible, humana y muy deportiva. Pura intensidad vital, que al final es el eslogan de la campaña.
No es habitual intentar vender coches loando a las bicicletas… ¿Le servirá a Porsche?
Así que en las imágenes se ve a gente montando en bicicleta de carretera, pero en un plano también muy presente aparece, una y otra vez, el enorme automóvil, en un rol muy distinto del que estamos acostumbrados a ver: aquí ejerce de fiel escudero, de ayudante, de compañero de ruta.
No es muy habitual que una marca de automóviles ensalce las virtudes de la bicicleta para vender coches, sino más bien lo contrario… ¿Le servirá a Porsche para vender más?