Fred Perry ha decidido continuar su fructífera asociación con Bradley Wiggins en una nueva colección que sigue la estela vintage de los años 60. Un diseño limpio y sencillo que recupera los mejores detalles de la estética ciclista de aquellos años. Todo un homenaje a la subcultura mod -del inglés modernist, modernista- que se originó en Londres a finales de los años 50 y que se extendería durante los 60.
Una colección elegante, discreta y clásica con la inconfundible insignia de la casa, fundada en 1952: la corona de laurel que fue símbolo del torneo de Wimbledon. Prendas ajustadas y versátiles que evocan la competición ciclista** *de antaño y que se adaptan perfectamente la la estética urbana. “Mi historia con Fred Perry viene de largo, desde que compré mi primera camisa Fred Perry cuando era un niño. Es genial tener una gama propia con tu nombre en la etiqueta y ser parte de la historia de esta gran marca británica “, declaró Bradley Wiggins a *The Daily Street.
Aunque de origen humilde, Fred Perry facturó unos 139 millones en 2012
Una firma emblemática que facturó cerca de 139 millones en 2012. Muy diferente de sus humildes orígenes, cuando fueron los mods, esa tribu nocturna de trajes ajustados amantes del jazz y del rythm-and-blues, los que le pidieron a Perry los primeros polos de diferentes colores. A pesar de ello, Fred Perry, que rivalizó y sigue compitiendo con la francesa -y exquisita- Lacoste, puede decir que se ha hecho todo un hueco en la moda urbana. No en vano, eligieron como lema en su 60º aniversario “seis décadas de subcultura”.