Parece evidente que España aún tiene mucho camino por recorrer en materia de movilidad: estamos a años luz de otros países europeos en el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano. Y sin embargo, cuando se habla de bicicletas compartidas, la cosa cambia.
España es el tercer país del mundo en número de bicicletas compartidas, según publica hoy la edición digital del diario económico Cinco Días. Por delante de nuestro país sólo se sitúan China, líder con diferencia, y Francia, que apostó decididamente y de forma pionera por este tipo de sistemas. EE UU y Alemania se sitúan en cuarto y quinto lugar, respectivamente. En total, existen en el mundo algo más de un millón de bicicletas compartidas, de las que la mayor parte, unas 700.000, se encuentran en el gigante asiático.
La burbuja española
España ha experimentado un auténtico boom en este terreno. En 2011 llegó a haber en nuestro país 132 sistemas de bicicleta pública. Algunos, como el de Jaén, apenas duraron 15 días. Otros, como el de Alicante, fracasaron de manera no menos estrepitosa. En el otro lado de la balanza, los 91 que sobreviven parecen funcionar a buen ritmo. El madrileño BiciMAD, que llegó a la capital hace apenas un año, acaba de emprender una importante ampliación. El barcelonés Bicing, uno de los pioneros, se mantiene fuerte en número de usuarios. Y Valenbisi, en Valencia, ha despuntado como el más exitoso de toda la geografía española. A ellos se unen nombres como BiZi, en Zaragoza, Bicibur, en Burgos, Vallabici, en Valladolid, Malagabici, etc. Opciones para moverse en bicicleta sin necesidad de tener una propia que parecen gustar a las autoridades de los distintos ayuntamientos españoles.