El aparcamiento más moderno de Estocolmo no será para los dueños de coches de alta gama que puedan permitírselo, sino para los ciclistas de la ciudad. Una lujosa infraestructura que, sobre el papel, despierta la envidia de cualquier amante de la bicicleta que no tenga la suerte de vivir en la capital sueca.
700 plazas, vestuarios con ducha y consigna, puertas que se abren automáticamente, espacios comunes… Todo en el nuevo aparcamiento estará pensado específicamente para la comunidad ciclista. De hecho, el párking estará ubicado bajo un edificio de 60 apartamentos para cuyos dueños no se ha pensado en el coche como medio de transporte. “El edificio está ubicado en el centro, junto a una de las estaciones de tren más importantes”, ha declarado Rahel Belatchew Lerdell, de Belatchew Architects, el estudio encargado del nuevo espacio. “Creemos que los residentes no necesitarán coche: y para los fines de semana o las vacaciones existen sistemas para compartirlo”.
El futuro de la ciudad no pasa por el coche
Ese compromiso con la movilidad sostenible no es patrimonio exclusivo de los entusiastas de la bicicleta o de los propios diseñadores de proyectos como este, sino toda una filosofía que comparten las autoridades de la ciudad: “El futuro de Estocolmo no pasa por construir infraestructuras para el coche”, ha declarado Roger Mogert, responsable de urbanismo. “El espacio en el centro es limitado”, explica Mogert. “Es mucho más eficiente moverse en bicicleta o transporte público que tener un vehículo privado”.
La bici es vida
Más allá de su función como aparcamiento para bicicletas, se prevé que las nuevas instalaciones puedan ser un foco de vida social. “Los aparcamientos para coches requieren muchísimo espacio para ubicar rampas y accesos”, explica Lerdell. “Sin embargo, un párking de bicicletas abre la posibilidad de crear, por ejemplo, una cafetería o una tienda de reparaciones. Todo ello redunda en más flujo de personas y, por consiguiente, en una mayor calidad de vida y seguridad”.