Uruguay

Eduardo Galeano: el genio de la palabra que amaba las bicicletas

El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano ha fallecido a los 74 años. A lo largo de su vida defendió apasionadamente la bicicleta como medio de transporte. Ciclosfera selecciona algunas de sus citas sobre nuestra pasión compartida.

Se ha ido un gigante del periodismo y la literatura latinoamericana. Eduardo Galeano ha fallecido este lunes en el mismo Montevideo que le vio nacer hace 74 años. Tras él deja obras tan imprescindibles como Las venas abiertas de América Latina o la trilogía Memoria del fuego, en las que ahondó en la historia de América Latina poniéndose siempre en el papel de los más desfavorecidos.

Como buen amante de la libertad, Eduardo Galeano habló en infinidad de ocasiones sobre la bicicleta, una pasión que compartía con otras como el fútbol, al que rindió homenaje en el libro de cuentos Fútbol a sol y sombra. Estas son algunas de ellas.

– “Yo me imagino a Montevideo llena de bicicletas. ¿Por qué no ponen los carriles de una buena vez? Carriles en la rambla, en las avenidas, en las calles anchas (…). Montevideo podría ser, debería ser, la primera ciudad latinoamericana capaz de reaccionar contra la religión norteamericana del automóvil. ¿Por qué no? ¿Por colonialismo mental? La bicicleta es el medio de transporte más barato, sin contar las piernas, y no envenena el aire, ni contamina el silencio, ni tapona las calles. Si hubiera carriles, el país ahorraría petróleo y mucha gente ahorraría pasajes y se liberaría del tormento de los ómnibus repletos”. (De Ser como ellos y otros artículos. 1992).

– “Los automóviles no votan, pero los políticos tienen pánico de provocarles el menor disgusto. Ningún gobierno latinoamericano, civil o militar, de derecha, centro o izquierda, se ha atrevido a desafiar al poder motorizado (…) La bicicleta sería un medio de transporte perfectamente posible, como medio único o complementario, para muchísima gente”. (De Úselo y tírelo. 1994).

– “La bicicleta es un un medio de transporte barato y que no gasta nada. Ocupa poco lugar, no envenena el aire y no mata a nadie”. (De Patas arriba. La escuela del mundo al revés. 2008).

– “La bicicleta ha hecho más que nada y más que nadie por la emancipación de las mujeres en el mundo”, decía Susan Anthony. Y decía su compañera de lucha, Elizabeth Stanton: “las mujeres viajamos, pedaleando, hacia el derecho de voto”. Algunos médicos, como Philippe Tissié, advertían que la bicicleta podía provocar aborto y esterilidad, y otros colegas aseguraban que este indecente instrumento inducía a la depravación, porque daba placer a las mujeres que frotaban sus partes íntimas contra el asiento. La verdad es que, por culpa de la bicicleta, las mujeres se movían por su cuenta, desertaban del hogar y disfrutaban el peligroso gustito de la libertad. Y por culpa de la bicicleta, el opresivo corsé, que impedía pedalear, salía del ropero y se iba al museo”. (De Los hijos de los días. 2012).