Las autoridades de la ciudad escocesa de Edimburgo lo tienen claro: hay que alejar a los coches de los niños lo máximo posible. Al menos, cuando éstos están más expuestos y son más vulnerables: durante la entrada y salida al colegio. Las razones son múltiples: desde el riesgo de atropellos hasta la contaminación que han de respirar cada día.
Con ese objetivo se ha tomado una medida drástica y valiente: 11 colegios de la capital verán cómo a su alrededor las calles pasarán a ser más amables, limpias y silenciosas a partir del próximo mes de agosto, cuando pasen a ser denominadas* school streets *y, por tanto, la circulación de coches quede totalmente prohibida durante esos dos momentos del día: a primera hora de la mañana y a la hora de comer.
El objetivo es que los niños vayan al colegio caminando o en bicicleta
Se trata de una medida piloto que, de tener éxito entre los residentes de los barrios afectados, podría extenderse al resto de colegios de la ciudad e, incluso, a otras ciudades escocesas. Las autoridades quieren incentivar así a los escolares para que se desplacen al colegio caminando o en bicicleta.
Aire para todos
“La medida no es sólo beneficiosa para los niños”, ha apuntado un portavoz del Ayuntamiento al diario local *Edinburgh Evening News. *“También notarán las ventajas los residentes y comerciantes de la zona, que verán cómo se reduce la congestión, el ruido y la contaminación”.
El plan se llevará a cabo en dos fases. En agosto, seis escuelas de primaria comenzarán a aplicarlo. En diciembre se sumarán cinco más. Son los 11 que inicialmente formarán parte del plan piloto, pero pronto podrían ser muchas más: un total de 31 en toda la ciudad quieren que sus inmediaciones también sean school streets. “Estamos gratamente sorprendidos del entusiasmo con el que se ha recibidido la medida en toda la comunidad educativa”, explicó el portavoz municipal, que aseguró estar dispuesto a aplicar el sistema en el mayor número posible de centros de enseñanza.