Todo aniversario es una ocasión perfecta para echar la vista atrás. Para sentirse orgulloso del trabajo bien hecho, recapacitar sobre los errores y aprender de ellos de cara a mirar al futuro con optimismo. Y sin embargo, cuando le preguntamos a Diego Martínez, fundador de la tienda Biciclaje en la localidad madrileña de Alcorcón, por el consejo que se daría a sí mismo si pudiera volver atrás en el tiempo, la respuesta es contundente: “Le diría que se lo pensara muy bien”, ríe.
Pero no bromea. “Te soy completamente sincero: en caso de poder volver atrás en el tiempo, no tengo muy claro si volvería abrir”, confiesa. “El mercado de las bicicletas es, a día de hoy, enormemente complicado. Cada vez hay más ciclistas, pero también más tiendas. Y muchas van cerrando. Por eso creo que hay que ofrecer algo diferente e innovador. Con la situación actual el que gana es el cliente, de eso no hay duda. Pero si tienes una tienda, es muy difícil vender bicicletas”.
“Si tienes una tienda, es muy difícil vender bicicletas”
Cabría pensar que esas dificultades pasan por los estrechos márgenes que deja cada unidad, pero se trata de algo más complejo. “No es un problema de margen, que en principio es bueno, sino de que nadie vende al PVP”, explica Diego. “Hay que hacer un descuento mínimo del 15%, con lo cual se reduce el margen. La gente se espera a las liquidaciones. Y luego están las tiendas de Internet, que ofrecen el producto a un precio menor”.
Pese a todo, Biciclaje sigue en pie. Y goza de buena salud. “Aunque empezamos como tienda de segunda mano, pronto nos especializamos en bicicletas de gama media y alta: vendemos pocas bicis de menos de 400 o 500 euros”, cuenta Diego. Bicicletas de marcas como GT, Stevens, Pinarello o Merida. Porque Biciclaje es, además, Merida Partner, una exclusividad de la que gozan muy pocas tiendas en España, y que les permite contar con ofertas únicas y bicicletas de test de la reputada marca taiwanesa.
“Mucha gente pone en duda lo que cuesta pagar la mano de obra”
Entre lo que más piden los clientes, Diego explica que “la gente cada vez busca más customizar su bicicleta. Cuando empezamos, muchos ciclistas empezaron a cambiar su bicicleta de 26 por una 29. Ahora la gente lo que quiere es mejorar el 29”, explica.
El taller de Biciclaje es parte esencial del negocio. Pero tampoco es tarea sencilla. “Hay mucha gente que pone en duda lo que cuesta pagar la mano de obra”, lamenta Diego. “Es algo que nadie se plantea cuando se lleva, por ejemplo, el coche al taller”.
Otra de las patas fundamentales de Biciclaje es el plan renove. También una de la que mejores resultados está dando. “La gente trae su vieja bicicleta y se lleva una nueva. Esa vieja bici pasa un exhaustivo control en el taller y vuelve a ponerse a la venta”, cuenta el dueño de Biciclaje. Todo, eso sí, evitando la proliferación de bicicletas robadas. “Pedimos al cliente la factura de compra para asegurarnos de que el origen de la bicicleta es completamente lícito”.
“Nuestra asignatura pendiente es el posicionamiento online”
Actualmente, en Biciclaje trabajan tres personas. “La última en incorporarse lo hizo hace ahora dos años”, cuenta Diego. “Se encarga de la web y las redes sociales. También de la tienda online, que aunque representa un porcentaje pequeño de nuestras ventas (en torno a aun 15 o un 20%), cada vez tiene mayor peso. Nuestra asignatura pendiente es el posicionamiento online: que sea más la gente que llega a nosotros a través de los buscadores. Hoy por hoy, la mayor parte de esos clientes digitales vienen recomendados por otros clientes o accede a nuestra web a través de plataformas de segunda mano como Wallapop o Vibbo”.
Desde Ciclosfera queremos felicitar a Biciclaje por su quinto aniversario. Y de paso, invitar a todos nuestros lectores a pasarse por allí a recoger cada nuevo número de la revista, dado que es distribuidor oficial.
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