En el confinamiento, la mayoría de las obligaciones a las que tenemos que responder en nuestras vidas cotidianas desaparecieron. Ya no había que desplazarse hasta el trabajo, ni llevar a los niños al colegio, ni hacer recados. Solo teníamos que salir para ir al supermercado y poco más. Además, la vida social se vio reducida drásticamente. ¿Cuál fue la respuesta de muchas personas a estos cambios? Aumentar las horas de sueño.
Tres cuartas partes de los encuestados aseguran haber dormido hasta 50 minutos más durante el confinamiento
Sin embargo, un estudio publicado por Current Biology que ha analizado la calidad del sueño determina que, en general, las personas han dormido más durante estos meses aunque, sin embargo, la calidad del sueño ha disminuido.
Para llegar a esas conclusiones, los autores del estudio entrevistaron a un total de 435 personas con preguntas sobre sus hábitos durante y antes del confinamiento, con el objetivo de disponer de datos suficientes para poder alcanzar un resultado sólido. Para ello, han tenido en cuenta los cambios de hábitos de las personas: trabajar desde casa, no poder salir a la calle, el ejercicio físico… Tres cuartas partes respondieron que habían dormido hasta 50 minutos más durante el confinamiento.
Lo que denominan como* Social Jet Lag,* es decir, las salidas a última hora de la tarde que provocan que los individuos se vayan a dormir tarde ha dejado de existir, conviritiéndose en motivo principal por el que las personas han ganado horas de sueño. Estos meses de atrás, la sociedad se ha ido a dormir escuchando al cuerpo y descansando cuando lo han necesitado, en vez de cuando una quedada familiar, entre amigos o con colegas del trabajo ha terminado.
Aquellos que realizaron ejercicio frecuente disfrutaron de mayor calidad del sueño
Por otro lado, la calidad del sueño ha estado directamente relacionada con el ejercicio físico. A pesar de pasar muchas horas encerrados en casa con un movimiento reducido, aquellas personas que han realizado ejercicio habitualmente han disfrutado de una calidad del sueño bastante superior al resto. Los científicos coinciden que las propias cargas que los individuos se crean por la incertidumbre de la situación y los cambios de hábitos se ven liberadas cuando practican deporte.
La conclusión que sacamos en Ciclosfera es que para dormir mejor, tenemos que salir más a dar pedales.