Entrevista

David Koepp: “Las bicicletas son el futuro”

El director de Sin frenos nos explica cómo rodó una película de mensajeros ciclistas en un selva urbana como Manhattan.

No es un cualquiera: con sus guiones para películas como Parque Jurásico, * Misión Imposible* o Spider-Man, David Koepp es considerado el cuarto guionista que más taquilla ha generado en Hollywood. Ahora regresa a la dirección con Sin frenos , película que se estrena el 21 de septiembre en España y en la que sigue las peripecias de un grupo de mensajeros ciclistas en Manhattan.

¿Por qué al guionista del último Indiana Jones se le ocurre dirigir una película sobre ciclistas urbanos?
Vivo en Nueva York y me cruzo con mensajeros en bici todo el tiempo. Ves cómo conducen, la cantidad de obstáculos y peligros que les rodean y bueno… Me preguntaba cómo podían sobrevivir en esa jungla. Así que decidí hacer una película metiéndome en su cabeza, una historia corta, rápida, que cruzara una y otra vez la ciudad. El guión estaba en mi cerebro desde hacía tiempo y, por suerte, pude hacerlo realidad.

¿Cómo ve a esos ciclistas?

La verdad… Creo que solo están seguros cuando se bajan de la bicicleta, pero ya veo que casi nunca lo hacen. Pero también es cierto que, de toda la gente que hay en Nueva York, incluyendo a automovilistas o peatones, creo que los ciclistas son los que mejor controlan el tráfico y lo que pasa en la calle.

“Creo que los ciclistas son los que mejor controlan la calle”

¿Habló con algún ciclista urbano para crear los personajes?

No. Cuando empecé a escribir el guión, junto a John Kamps, pensábamos más bien en un mapa de Manhattan, en cómo recorrer la ciudad para ir de una punta a la otra y todo lo que ocurría en el camino. Por lo general, no me gusta inspirarme en personas reales para crear personajes, sino que prefiero que surjan de mi imaginación. Después, antes de rodar, sí lo hice, para así transmitir más realismo a la acción.

¿Qué le llamó la atención al conocer a mensajeros ciclistas auténticos?

Como cualquier otra tribu urbana, me sorprendió su espíritu de unidad. Cómo ruedan juntos y comparten muchas cosas.

En la película, es muy curioso ver cómo los ciclistas deben decidir alternativas en un segundo.

Sí… Quería mucha acción, pero también realismo, y mostrar las distintas alternativas a las que un ciclista urbano debe enfrentarse de pronto me pareció muy representativo. Su cuerpo depende de acertar y, por suerte, casi siempre eligen bien… Pero hay que tener muchos reflejos y velocidad mental para ir así por la ciudad.

“Hay que tener muchos reflejos y velocidad mental para ir por la ciudad”

Debió ser difícil rodar en Nueva York.

Creo que, logísticamente, es una de las películas más complicadas que conozco. No era solo rodar coches: era rodar gente expuesta a los coches, y que se mueve más rápido que ellos. Tuvimos que cerrar muchas calles pero, por fortuna, las autoridades de Nueva York estuvieron encantadas de colaborar.

¿Cuál fue el gran reto del rodaje?

El movimiento. Rodar a ciclistas urbanos es como rodar agua: siempre se están moviendo, y lo hacen a distintas velocidades respecto a muchos otros objetos móviles, por lo que había que ser muy preciso con los tiempos. Exigió mucha sincronización y, además, no queríamos abusar de los efectos digitales.

Dice que vive en Nueva York: ¿Monta allí en bicicleta?

Me gusta mucho montar, pero no en la ciudad. Sé que es muy excitante, y muy práctico para moverse de un lado a otro… Pero me da miedo. Tengo hijos y casi 50 años, así que prefiero usar mi bicicleta en el campo.

Pero hay más bicicletas que nunca, ¿verdad?

Sí, y estoy convencido de que habrá más. Las bicicletas están llenas de ventajas: para la salud del ciclista y de los que le rodean, para el propio funcionamiento de la ciudad… Son buenas, para todo y para todos. Es indiscutible. Y es cierto que Nueva York se está llenando de ciclistas: creo que, evidentemente, son el futuro.