Que las bicicletas cambian vidas lo vemos a diario. Pero a veces, y a pesar de la cantidad de tiempo que llevan entre nosotros, nos siguen sorprendiendo con nuevas facetas.
Ese es el caso de CycloClean, un invento de la empresa japonesa Nippon Basic co. ltd capaz de limpiar el agua y hacerla apta para su consumo. En principio, el mecanismo es el mismo que el de cualquier potabilizadora, solo que en este caso la única energía necesaria para que el proceso se lleve a cabo es sentarse sobre la bicicleta… y pedalear.
Dada su fácil portabilidad y la sencillez de su uso, las aplicaciones de CycloClean son casi infinitas, según explicó el propio Katsuura. Especialmente en el mundo rural, en poblaciones que pueden tener un difícil acceso al agua potable. Pero también en el caso de que se produzca algún desastre natural que inutilice las instalaciones eléctricas de una ciudad, algo desgraciadamente muy habitual en Japón.