Mikili nació en 2012, y desde entonces no ha hecho más que lanzar cuelgabicicletas. Eso sí, no son cualquier cosa: cada uno de sus modelos es todo un acierto estético, mezclando originalidad, raciocinio y, salta a los ojos, buen gusto estético.
Uno de sus modelos más atractivos es el Kappô. ¿Por qué? No sólo sirve para colgar casi cualquier tipo de bicicleta, sino que también ofrece una buena capacidad de almacenamiento para los objetos del día: la cartera, el casco, el candado o unas cuantas revistas (¿qué tal la colección completa de Ciclosfera?) también encontrarían rápido acomodo.
El Kappô, eso sí, está agotado pese a su precio: 265€ sin incluir gastos de envío. El motivo es evidente: tanto con una bicicleta sobre él como sin ella hablamos de un accesorio con un excelente diseño. Y muy bien pensado: está concebido para no ser dañado (trozos de fieltro protegen las zonas más vulnerables), es muy sencillo de colgar e incluía una correa para que la rueda delantera no se “desboque” manchando la pared.
Hecho con lámina de abedul con revestimiento de melanina, el Kappô sólo se vendía en un acabado, en blanco, y pesaba 7 kilos. Como decimos, está completamente agotado, pero un enlace en la web de su fabricante sugiere que, en algún momento, volverá a fabricarse para satisfacer a los que no pudieron hacerse con él. ¿Te animarías?
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