Una charla agradable y enriquecedora. Un intercambio de pareceres, sensaciones, inquietudes y retos. Y una mirada a uno de los colectivos que más tienen que decir en días tan difíciles y extraños como los que estamos viviendo: los ciclomensajeros.
El pasado 20 de marzo tuvo lugar primer webinar organizado por Ciclosfera en colaboración con la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), con motivo del confinamiento a causa del coronavirus. En él participaron Kiko Montoro (Coop de Pedal, Mataró), Martino Corregliari (La Pájara Ciclomensajería y portavoz del movimiento RiderxDerechos Madrid), Jorge Nieve (Urban Ciclo, Albacete), Candela Fernández (Encicle, Valencia) y Carlos Núñez, secretario general de AMBE. También, Rafa Vidiella y Dani Cabezas, director y redactor jefe de Ciclosfera respectivamente, que se encargaron de moderar el debate e ir introduciendo las preguntas para los invitados.
En la charla se registraron 93 personas, de las que asistieron 63, además de los invitados. Los participantes enviaron un total de 189 mensajes, en los que pudieron trasladar sus preguntas a los invitados y debatir sobre los temas tratados. Entre ellos, el análisis del impacto de la crisis, los derechos profesionales y las claves para trabajar con seguridad, la responsabilidad y competencia de plataformas de reparto de comida y mensajería como Amazon, Deliveroo o Glovo y la necesaria reorganización, cambios y retos que inevitablemente se vislumbran de cara al futuro. Todo, con un denominador común: mandar un mensaje de ánimo y unidad al sector. Y remarcar, una vez más, que entre todos saldremos de esto, más unidos y más fuertes.
Momentos difíciles
Lo primero fue, claro está, preguntar a todos los invitados cómo están y cómo están llevando esta situación tan compleja. “Ahora mismo, en Mataró, está todo cerrado”, comenzó Kiko Montoro, de Coop de Pedal. “Algunas empresas están trabajando a puerta cerrada o con parte de la plantilla en casa. Se han empezado a producir los primeros ERTEs. En cuanto a nuestro trabajo, seguimos haciendo servicios, a pesar de que muchos de nuestros grandes clientes han cerrado”. Para Montoro, este escenario puede ser, también, “una oportunidad”, explicó. “Considero que podemos llegar a sitios con los que no trabajábamos tanto, como pequeños comercios locales con los que ahora estamos colaborando más y ayudándonos unos a otros”, subrayó.
“Estos días podemos llegar a sitios con los que no trabajábamos tanto, como pequeños comercios locales” (Kiko Montoro, Coop de Pedal)
“Nosotros nacimos precisamente para dar servicio a las empresas locales”, intervino Jorge, de Urban Ciclo. “Esta situación nos ha obligado a reinventarnos, porque muchos de esos pequeños comercios han cerrado. Hemos tenido que diversificar en el tipo de envíos que hacemos”. Martino, de La Pájara Ciclomensajería, aclaró que “nosotros hemos dejado de repartir comida a domicilio: la mayoría de nuestros clientes son pequeños restaurantes que han decidido cerrar. Nos hemos querido mantener del lado de las tiendas de alimentación y de productos de primera necesidad, así como de los grupos de consumo con los que colaboramos”.
Riders “cagados de miedo”
Como portavoz de RidersxDerechos, el propio Martino fue el encargado de resumir el sentir que estos días tienen los trabajadores de grandes plataformas como Glovo o Deliveroo. “La demanda de comida a domicilio ha caído más de un 50%, pero al mismo tiempo las plataformas no han cerrado, porque no están obligadas a hacerlo, y de hecho están tratando de incentivar el consumo con promociones y descuentos. Los riders están cagados de miedo ante la posibilidad de ser contagiados o contagiar a otras personas”, apuntó con contundencia. “Al mantenerse abiertos sólo unos pocos restaurantes, muchos de ellos están apelotonados en la puerta para recoger los pedidos”, denunció.
“Muchos riders de Glovo o Deliveroo se están apelotonando a las puertas de los restaurantes” (Martino Corregliari, RidersXDerechos)
Preguntado por esa oportunidad de la que hablaban algunos de los ciclomensajeros participantes en el Webinar, Carlos Núñez, de AMBE, quiso dejar clara su postura y la de la asociación. “Ha sido una semana de mucho debate”, explicó. “Yo creo que, ante todo, está la responsabilidad de hacer frente a la situación que tenemos ante nosotros: es momento de quedarse en casa todo lo que podamos y de cumplir a rajatabla las medidas que se han puesto en marcha desde el gobierno. Ya tendremos ocasión de ver si, una vez pasada esta crisis, todo esto supone una oportunidad para la bicicleta. Por el momento es tiempo de apoyarnos unos a otros y de mostrar unidad”.
Salir o no salir
“Cada uno tiene que encontrar su motivación en estos momentos y valorar para tomar una decisión”, reflexionó Jorge. “En el nuestro, ha sido pensar si podíamos aportar algo a la sociedad en esta situación. Creemos que sí. Hay gente que igual necesita que le lleves un envío de fruta para unos ancianos que están en situación riesgo y no pueden salir. Sí, es verdad que también te toca llevar un pantalón que alguien ha comprado por Internet, lo claramente no es necesario en absoluto en estos momentos. En realidad, necesario no es prácticamente nada más allá de quedarse en casa y, si fuera posible, comer por fax”, bromeó.
“Hay días en los que crees que estás haciendo algo útil, pero otros te sientes irresponsable y te preguntas: ¿qué estoy haciendo? ¿Estoy ayudando a propagar el virus? Evidentemente, más que si estás en casa”, reconoció Kiko. “Esto me genera dudas”.
Y en caso de que decidan salir a repartir, ¿cómo lo hacen los riders para protegerse? “Los protocolos han cambiado mucho en estos días”, contó Jorge. “Hasta ahora todo el mundo cogía la PDA para firmar. Estos días nadie te toca a ti, tú no tocas a nadie. Se mantiene una distancia de un metro y se deja el paquete en la puerta. Aun así, la protección total no existe, por lo que hay que minimizar el riesgo lo máximo posible con guantes y geles hidroalcohólicos”.
“Todo ha cambiado: estos días nadie te toca a ti, y tú no tocas a nadie” (Jorge Nieve, Urban Ciclo)
“Para nosotros está siendo una locura absoluta”, explicó Candela, de Encicle. “Lo que estamos intentando es mantener a nuestra plantilla, aunque tenemos a tres personas en casa porque son de riesgo. Somos como una pequeña familia. Llevamos tiempo concienciados en materia de seguridad, protegiéndonos con hidrogeles de alcohol y mascarillas. Una de las cosas que dijimos desde el primer momento fue que no íbamos a entrar en hospitales, porque es algo que le da seguridad a nuestros trabajadores. Pues bien: hoy nos hemos encontrado el caso vergonzoso de una mensajería que por tres direcciones dentro de la ciudad ha cobrado 40 euros a un anciano, porque una de las direcciones era la farmacia de un hospital. Este tipo de cosas hacen mucho daño a nuestro sector”.
“No sé hasta qué punto serán necesarias algunas de las cosas que llevamos, pero mucha gente nos está dando las gracias por lo que estamos haciendo estos días”, contó Candela. “Está claro que tenemos unos niveles de confort y consumo muy elevados. No sé hacia dónde se dirigirán esos niveles una vez vayan pasando los días. El e-commerce está cayendo en picado, eso es un hecho, aunque en EEUU ha subido. Todo es un misterio”.
El papel de la bicicleta
Los participantes reflexionaron sobre cómo las principales ciudades españolas están cerrando los sistemas de bicicleta compartida y, a diferencia de otros países, no fomentando en absoluto el uso de la bicicleta como un medio de transporte seguro, tanto para el reparto de paquetería como para desplazarse al trabajo, en estos tiempos de confinamiento. “Me sorprenden las medidas que se están tomando”, reflexionó Martino. “Estoy convencido de que la bicicleta es, en este contexto, la mejor manera de repartir y de moverse. Ahora vemos la emergencia directa del virus, pero la contaminación es una emergencia constante y mata también a muchísima gente. Impulsar la bicicleta es fundamental, y vamos con mucho retraso frente a otros países. Y es nuestra labor protagonizar ese impulso: podemos ser altavoces”.
“Pedalear por la ciudad estos días es deprimente” (Jorge Nieve, Urban Ciclo)
Respecto al citado cierre de los sistemas de bicicleta pública, Carlos Núñez apuntó que “todo obedece a la situación de la bici pública en cada uno de estos países, así como también a la diferente evolución del coronavirus. Estamos viendo que el alcalde de Nueva York ha dicho que es mejor en bici, pero ahora mismo en Madrid o Milán estamos en situaciones distintas. Aquí en España la bicicleta no tiene la relevancia que tiene en otros países, por lo que se sigue viendo como algo residual. En el caso de BiciMad, el alcalde argumentó que el uso había descendido de manera drástica y que los 100 trabajadores del sistema tenían que asumir un riesgo al tener que desinfectar todas las bicicletas. Sí: nos ha sorprendido, porque es un servicio público, pero obedece a la posición que ocupa la bicicleta en cada país”.
“Pedalear por la ciudad estos días es deprimente”, apuntó Jorge. “Sin niños gritando, sin perros ladrando, sin coches. Es una sensación extraña. Pero sacas fuerzas de flaqueza. Me imagino que es lo que hacen los médicos: luchar cada día sin tirar la toalla, e intentar salir adelante”.
ERTEs, avales…
Preguntado por la situación económica de las empresas y por las medidas de ahorro o financiación, Carlos Núñez, de AMBE, explicó que “el comercio se ha quedado parado. Las empresas, los almacenes, las tiendas. En líneas generales, todas las empresas han mandado al teletrabajo a aquellos trabajadores que puedan desempeñar su puesto desde casa. ¿Qué hacer? Por el momento, el Gobierno ha aprobado dos grandes medidas: la flexibilización de los ERTEs y la apertura de una línea de avales de estado por importe de 100.000 millones, para ayudar a garantizar la liquidez de los empresas”.
Carlos analizó ambas posibilidades. “Los ERTEs suponen un ahorro de los costes salariales, porque si tienes una empresa con menos de 50 personas la seguridad social asume el 100% de las cotizaciones del trabajador. Es una medida de ahorro directa. Se supone que en cinco días la seguridad social te da el ok para implementar el ERTE”. Respecto a las líneas de avales, Núñez recordó que “son para asegurar la liquidez de las empresas, no para problemas de solvencia. Una empresa que arrastrase problemas de solvencia anteriores a la crisis no va a poder acogerse a los avales del estado”.
Conciencia, unidad y esperanza
En toda la charla planeó un mensaje de unidad entre todos los ciclistas, como el que está cundiendo entre a mayoría de los ciudadanos en estos días tan duros de la pandemia. “Creo que está surgiendo un sentimiento de solidaridad entre la gente”, reflexionó Kiko. “Estamos más sensibles y nos estamos apoyando más unos a otros. Desde nuestras pequeñas empresas y proyectos nos tenemos que relacionar más. Debemos estrechar las redes de economía local y potenciarlas, no sólo en esta situación sino en general. Es lo que nos beneficia a todos frente a las grandes empresas y las condiciones de sus trabajadores”, apuntó el portavoz de Coop de Pedal.
“Puede haber una oportunidad si de surge una alianza estratégica entre el pequeño comercio y la ciclologística” (Carlos Núñez, AMBE)
“Las pequeñas compañías de ciclomensajería a menudo incurren en una competencia desleal entre ellas por culpa de las grandes empresas”, lamentó Martino, de La Pájara y de Riders x Derechos. “Glovo hace reparto gratuito a farmacias. ¿Por qué? Porque pueden hacerlo. Nosotros tenemos que golpear con las armas que tenemos, pero sin vendernos. Tenemos que ofrecer una calidad de servicio con unas tarifas dignas para tener un salario digno”.
“Estos días nos vemos más abocados al pequeño comercio”, añadió Carlos Núñez. “Creo que puede haber una oportunidad si de surge una alianza estratégica entre ese pequeño comercio de proximidad y la ciclologística, si se producen determinados cambios en los patrones de consumo de los ciudadanos. Tenemos que apostar por una economía más verde, más sostenible y más amable. Tenemos que aprovechar este tiempo para intercambiar opiniones y pensar en esas oportunidades”.
“Una ventaja que tenemos es el trato humano y directo”, recordó Martino. “En comparación con grandes maquinarias logísticas, que tienen una cadena enorme y cuando hay un problema es difícil de resolver, tenemos una gran ventaja. Estamos más cerca de las personas.