Todo el que se haya movido en bicicleta por la ciudad sabe lo que se siente en determinadas situaciones: un coche que te adelanta sin guardar la debida distancia de seguridad, un taxista furioso, un repartidor con prisa… Una realidad que, a la hora de ser el ciclista el que se pone al volante, no se olvida.
Según un estudio realizado por una compañía de seguros del Reino Unido que ofrece pólizas especializadas de seguros de automóviles para ciclistas, del que se ha hecho eco la revista Forbes, existe un vínculo claro entre el ciclismo y la conducción más segura: cuando se ponen al volante, los ciclistas son mejores conductores que, por ejemplo, los motoristas.
“El ciclismo te entrena para estar más alerta ante los peligros de la carretera”
Nick Day, de la compañía Chris Knott Insurance, ha declarado que el análisis de los datos es concluyente: los ciclistas hacen menos de la mitad de las reclamaciones de seguros que los no ciclistas. El 13% de los conductores asegurados por la firma hacen al menos una reclamación por año, según Day, pero el dato se reduce al 6% en el caso de los ciclistas asegurados. Una circunstancia que se explica, según Day, por el hecho de que los ciclistas tienden a ser más conscientes de su entorno que los automovilistas.
“El ciclismo te entrena para estar más alerta ante los peligros de la carretera y, por tanto, posibilita que te puedas anticipar a ellos”, explicó Day. “Además, el ejercicio físico también proporciona una mayor agilidad mental, lo que provoca que los ciclistas tengan una respuesta más rápida ante los imprevistos”.
Por todo ello, la póliza de conductor-ciclista de Chris Knott Insurance ofrece primas más bajas que las dirigidas a un mercado más amplio. Una decisión que se basa también en otro estudio publicado el año pasado, y que concluyó que los automovilistas que se autoidentificaban como ciclistas podían detectar mejor los peligros potenciales en la carretera.
La autora de este último estudio, Vanessa Beanland, de la Universidad Nacional de Australia, señaló que las “demandas del ciclismo” parecen mejorar sus habilidades de concienciación. En un entorno de laboratorio, Beanland comprobó que los ciclistas que son además conductores respondieron a la información más rápidamente que los automovilistas que no iban en bicicleta. Como era de esperar, los conductores ciclistas fueron mucho más rápidos en detectar la aparición de bicicletas en su campo visual.