La noticia circuló ayer como la pólvora por las redes sociales, especialmente entre los aficionados al ciclismo de montaña. La III MTB Ruta de las Dehesas, que debía celebrarse este pasado domingo en la localidad madrileña de Navas del Rey, fue suspendida tras la convocatoria del alcalde a decenas de cazadores armadas y el cierre de caminos por los que estaba prevista la realización de la prueba.
La organización de la prueba se vio obligada a cancelarla, al no poder garantizar la seguridad de los participantes. La ruta contaba con 500 corredores inscritos, que ahora recibirán de vuelta los 23 euros que le costó la inscripción.
“Por mis cojones no vais a pasar por mi pueblo, y para eso habrá 60 cazadores dispuestos a hacer lo que haga falta como a alguno de los corredores se les ocurra pasar”. En estos términos de expresó el alcalde de la localidad, Jaime Peral, según ha publicado el diario El Mundo. Para evitar la ruta convocó a 60 cazadores armados.
Según el alcalde, hay una resolución de la Comunidad de Madrid en la que se les exige la autorización de los ayuntamientos. “La del mío no la tienen. Todos los domingos hay caza“, argumentó en una entrevista con la cadena Cope, en la que también participó el organizador de la prueba, Javier Donaire. “Yo no le he dicho a ningún cazador que dispare a nadie. ¿Estamos tontos?. Lo de los cojones es una expresión muy habitual mía”, se defendió Peral.
Por su parte, Donaire explicó en la citada entrevista que la organización contaba con el permiso de la Comunidad de Madrid, y que se trató por todos los medios de llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de la localidad, lo que “resultó imposible pese a haberlo intentado de todas las maneras”. El alcalde contestó que “aquí el que está en su casa tiene derecho”, y recordó que “los cazadores pagan 30.000 euros al año para cazar”.
La caza mueve más de 3.500 millones de euros anuales en España. En todo el Estado se expiden unas 800.000 licencias anuales y hay 332.000 federados, que disponen para su actividad de cerca del 80% del espacio natural. Es decir, se caza en la práctica totalidad de los espacios naturales existentes, cuando el número de cazadores apenas supera el 1% de la población. En zonas como Andalucía, los cotos privados, públicos o reservados representan en torno al 90% del territorio.
Las víctimas no son solo los animales. Cada año fallecen en España por accidentes relacionados con la caza entre 40 y 50 personas. El balance de animales muertos se dispara hasta los 30 millones. Plataformas como NAC denuncian que hasta el 50% de los animales a los que se da muerte en el monte provienen de granjas cinegéticas, de las que se han contabilizado hasta 3.000 en España. Además, los grupos ecologistas denuncian que cada año se disparan 300 millones de cartuchos, que dejan en el campo 5.000 toneladas de plomo, metal altamente contaminante.
El conflicto entre cazadores y ciclistas también se ha cobrado víctimas. Es el caso de Marc Sutton, un británico de 34 años que murió tras ser alcanzado por una bala en Montriond, Francia.