Marc Sutton, de 34 años, gran aficionado al snowboard y al ciclismo de montaña, pedaleaba en un bosque cercano a Montriond, comuna francesa cercana a la frontera con Suiza, cuando fue alcanzado por una bala perdida de un cazador. El ciclista británico falleció prácticamente en el acto, en un accidente que ha conmocionado a la comunidad ciclista francesa y británica y desatado un intenso debate sobre la caza y su difícil convivencia con otras manera de disfrutar de la naturaleza, como la bicicleta.
En los últimos tres años, según la BBC, más de 20 personas han muerto en accidentes de caza en Francia. En este caso y según la fiscalía, el deportista “no podía confundirse con la caza, ya que tenía un casco de color y una bicicleta de montaña de color”.
Un joven de 22 años fue trasladado al hospital con un ataque de ansiedad y está siendo investigado como sospecho de haber efectuado el disparo, según informó la agencia de noticias AP.
El accidente ha desatado una oleada de indignación entre los ciclistas franceses, pero también entre muchos de los vecinos de la zona. Un grupo de personas ha puesto en marcha una campaña en Facebook para lograr un cambio permanente en la legislación de cara a restringir la caza en la zona.
“Esta muerte podría haberse evitado”, señalan los impulsores de la campaña, que exigen que la caza se limite sólo a las mañanas durante el fin de semana. Al mismo tiempo, solicitan una mayor señalización de las diferentes rutas ciclistas que pasan por la zona. “Este lugar se ha convertido en un destino habitual de ciclistas de toda Europa. La mayoría de ellos no tienen ni idea de que se trata de una zona de caza”, denuncian.