Silenciosas, pequeñas, ligeras y libres de emisiones. Útiles para el transporte personal y de carga. Mucho más baratas que los vehículos tradicionales alimentados por combustible. Y, por supuesto, eficientes. Muy eficientes: una e-bike consume unos 7 Wh por kilómetro recorrido. El Wh (vatio-hora) es la unidad de energía que sirve para medir la cantidad de “trabajo” realizado por una máquina eléctrica y, en el caso de una bici eléctrica con batería de 500Wh, nos permitiría superar los 80 kilómetros. ¿El coste energético? El mismo que el de usar media hora el microondas. Dos horas el ordenador. Tener la nevera encendida durante sesenta minutos.
Es cierto: el tener una batería y motor hacen que la fabricación de una e-bike exija más energía que una bici tradicional. Pero también está demostrado científicamente que los usuarios de e-bikes pedalean con más frecuencia y recorren distancias más largas que los de una bici convencional. Y, sobre todo, es cierto que una e-bike vale para algo más, muy importante: puede sustituir al coche en muchas situaciones.
Uno de los cálculos más fiables a la hora de comparar la sostenibilidad entre distintos medios de transporte es medir su huella de CO2 a lo largo de su vida útil. Con la colaboración de TÜV Rheinland Energy GmbH, una prestigiosa consultora, Bosch calculó que aproximadamente el 75% de la huella de dióxido de carbono de una eBike está relacionado con su fabricación, el 15% con el uso (cargas de la batería) y el 10% restante con el transporte, embalaje y reciclaje final de la e-bike. En resumen: la huella de CO2 de una bicicleta eléctrica es de unos 14 gramos por kilómetro. ¿La de un automóvil? Según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, de 150 gramos. La del transporte público, de entre 60 y 80 gramos. La sostenibilidad tiene un claro vencedor: la bici.
Objetivo Neutralidad
Pero hay más: desde 2020, Bosh ha querido ir más allá en su lucha por reducir su huella de carbono. Desde sus oficinas centrales en Stuttgart, Alemania, la empresa ha implementado una serie de medidas en sus más de cuatrocientas delegaciones de todo el mundo, involucrando a todos sus departamentos: desde desarrollo y producción hasta gestión, o, por supuesto, el departamento Bosch eBike Systems, enfocado de manera exclusiva a las e-bikes. ¿La mejor noticia? Bosch lo ha logrado: esos más de 400 emplazamientos en el mundo no dejan ninguna huella de carbono.
Bosch ha conseguido que sus más de 400 oficinas en el mundo no dejen ninguna huella de carbono.
Para conseguirlo, Bosch analiza cada uno de sus procesos de trabajo y ha decidido políticas específicas para diseñar productos sostenibles en toda la cadena de valor. Desde la selección de materias primas, respetuosas con el medioambiente, al uso de materiales reciclados, evalúa modalidades de fabricación que ahorraran energía. E intenta que, en cada generación, sus componentes sean más pequeños, compactos y ligeros que en la anterior. También lo ha conseguido: la nueva línea Performance Line CX es, por ejemplo, un 25% más ligera que el modelo anterior, y desde septiembre de 2020 se entrega a los clientes en envases de fibra moldeada sostenibles. ¿Algo más? Por supuesto: los componentes más importantes proceden de una red de proveedores europeos y alemanes. Los productos se han estandarizado y, limitando el número de variantes y piezas, se han escalado procesos de fabricación, reduciendo así significativamente la energía necesaria en los desarrollos.
Esfuerzos visibles y palpables orientados a una tarea común: cuidar un planeta en crisis. Una tarea que parece hercúlea pero que, gracias a la bicicleta, es sobre todo saludable, razonable… y divertida. Porque viajando más horas, más lejos y superando más desniveles que en una bici convencional no sacrificarás la sostenibilidad. En una e-bike te desplazarás y transportaras cargas de una forma, especialmente en distancias cortas, más eficaz y eficiente que en un coche. Y porque, como dicen desde Bosch, pedaleando conservarás y alimentarás tu conexión con la naturaleza y el Mundo. “Hacer una contribución positiva a la protección del medio ambiente no es sólo una cuestión de sentido común”, nos dicen, “sino también de corazón”. Por ti. Por todos.
La e-volución de la bici
Las bicis son especialmente eficientes, pero la asistencia al pedaleo supone un paso evolutivo más: las e-bikes te permiten rodar más tiempo, cubrir mayores distancias y superar mayores diferencias de altitud. Las e-bikes amplían las opciones de uso sin cambiar, de forma significativa, la sostenibilidad respecto a una bici convencional, considerando que además los eBikers las usan como alternativa al coche u otras formas de transporte.
Reciclaje: tesoros recuperados
Una vez que una batería ha llegado al final de su vida útil, debe eliminarse de forma adecuada: Bosch insta a sus usuarios a llevar las baterías defectuosas o en desuso a un distribuidor local especializado, que se encargará de eliminarlas de la forma correcta. Para los eBikers es un proceso sencillo y gratuito pero, para el Planeta, supone un paso fundamental: reciclar ahorra recursos, y las valiosas materias primas que constituyen una batería se devuelven al ciclo de los materiales. Aluminio, cobre, cobalto o níquel pueden recuperarse con una alta eficiencia y estar disponibles para nuevos productos, por lo que Bosch eBike trabaja con muchas empresas de reciclaje y apoya métodos nuevos y sostenibles. Y, aunque el nivel de eficiencia de recuperación varía, en procesos como el de la solución industrial alemana GRS se recupera más del 80% de muchas materias primas que se reutilizarán en nuevos productos.
Sostenibilidad. Flexibilidad. Diversión.
Cambiar y mejorar el mundo empieza por uno mismo, y una e-bike es la mejor herramienta para hacerlo: es el medio de transporte más sostenible y polivalente. Te otorga una independencia total, permitiéndote llevar una vida más saludable y activa. Te hace ganar tiempo y dinero, alejándote de atascos y costes de combustible. Y sí: como una bicicleta que es, una e-bike es rápida, divertida, sostenible… y sin emisiones. ¡A pedalear ahora mismo!