Montar en bicicleta es un ejercicio completo. Y además, es divertido y contribuye a hacer de nuestras ciudades lugares mucho más amables. Pero para muchos, aquellos que la entienden más como un deporte que como un medio de transporte, podría ser aún más completa como ejercicio si obligara a mover más los brazos y el tronco. Bajo esa premisa, el diseñador Dan Ogden ha creado The Cardigo: una singular bicicleta creada para ejercitar todo el cuerpo.
Ogden tardó varios meses en dar con el prototipo definitivo, aunque finalmente lo consiguió a finales de 2018. ¿La clave? La** **bicicleta se estira para obligar al ciclista a estirar los brazos y hacer fuerza con ellos mientras pedalea. Una mecánica que se ve claramente en el siguiente vídeo:
El secreto de la Cardigo reside en el tubo horizontal telescópico, capaz de alargar la distancia al manillares hasta 25 centímetros. Pero no se trata únicamente de extender los brazos: los pedales y la cadena han sido diseñados para que el movimiento de los brazos se coordine con el pedaleo, de manera que se aprovecha la fuerza ejercida con los brazos para impulsar también la bicicleta y lograr mayor velocidad a mayor fuerza ejercida por tronco y brazos. Prácticamente, como si se tratara de una máquina de remo.
Una de las ventajas con que cuenta Cardigo Bike es que este modo de pedaleo es opcional. Si el ciclista quiere utilizarla como si se tratara de una bicicleta tradicional, no tiene más que girar una llave situada en el cuadro.
Aunque estaba previsto que la Cardigo Bike llegara al mercado este año, su fabricación acumula retraso. Su responsable invita a los interesados a ponerse en contacto con él a través de la página web de la marca.
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