El debate está servido: ¿es lícito comprar un accesorio o componente para tu bicicleta si con ello financias, aunque sea de manera indirecta, a un fabricante de armas?
Esa es la pregunta que se ha hecho un grupo de activistas de la bicicleta en EEUU. Y tienen clara cuál es la respuesta: no. Y van más allá: invitan a todos ciclistas concienciados a poner en marcha un boicot a un número importante de marcas entre las que se encuentran algunas tan conocidas como Giro, Bell, Camelbak o Blackburn.
Tal y como informa la web singletrackworld.com, el fabricante de armas Vista Outdoor compró Camelbak en 2015, empresa a la que añadió Giro y Blackburn en 2016. La mayor parte de los negocios de Vista, sin embargo, están relacionados con las armas de fuego. En su web se pueden encontrar miras telescópicas, fundas y municiones, así como la marca de armas de fuego Savage.
Si bien la mayoría de los productos de Vista Outdoor están dirigidos al mercado de la caza deportiva, algunos de ellos generan controversia, especialmente tras los recientes acontecimientos en EEUU. Savage, por ejemplo, fabrica un rifle de asalto estilo AR-15, y ofrece una camiseta gratis con sus pistolas con el lema “Apoye la segunda enmienda: pase la munición”, mientras que el sitio web de Millett Tactical muestra una figura con cascos con rifle de asalto y el lema “Involucrarse. Neutralizar. Siguiente”.
Parte de un lobby poderoso
Sin embargo, es el apoyo de Vista a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) lo que realmente ha provocado la ira de la comunidad ciclista estadounidense. Vista gastó más de 500.000 dólares en promocionar las armas en 2017, y es uno de los principales patrocinadores del canal de televisión interno de la NRA, que ha sido criticado por el grupo de control progresivo Media Matters por sus intentos de desviar la atención de un control de armas más estricto.
La compañía también está activa en la más pequeña, pero aún influyente, National Sports Shooting Foundation, un grupo de presión liderado por la industria armamentística que ha hecho campaña para suavizar las leyes de control de armas y quiere cambiar el nombre de las armas de asalto semiautomáticas por el de “Rifles deportivos modernos”.