¿Cómo nace este proyecto?
Hace unos años ya creamos una marca propia, Rookie, Fue una buena experiencia, que tuvimos que dejar por exceso de trabajo y porque el momento no era el más adecuado. Diez años después, hemos decidido volver reunir creatividad, diseño y ciclismo, para convertir en realidad nuestra idea, nuestra bicicleta soñada. Además, es un recordatorio: aunque Motor Dealer trabaje con bicicletas urbanas como Dahon o Bobbin nuestro origen sigue siendo el ciclismo de montaña y toda su tecnología, algo que nos sigue apasionando.
¿Cómo son las Black Bicycles?
Son bicicletas de rally, en primer lugar. Además, son bicicletas distintas, con las que creemos poder aportar algo nuevo a un panorama ya muy repleto de opciones. Pero, además, queremos retomar aspectos que ahora están un poco en desuso, como poder mantener una relación muy cercana con el usuario, poder “parir” cada unidad con la persona que después la va a montar. Por eso estamos trabajando con series limitadas, ahora de 25 unidades, para tener una relación muy próxima a nuestros clientes.
Hablamos de bicicletas de alta gama…
Sí. En Motor Dealer siempre vendemos buenos artículos, las mejores marcas, y por supuesto Black Bicycles es un producto muy cuidado, hecho con todo el cariño del mundo y que, en resumen, ofrece las bicicletas que a mí me gustaría tener en casa. El cuadro, el manillar, los periféricos, son nuestros, son marca Black Bicycles, mientras que la suspensión o la transmisión reúne marcas que distribuimos nosotros.
¿Qué objetivos de ventas manejáis?
Acabamos de lanzar la marca, y los objetivos son pequeños, humildes. Esperamos salir de Unibike con unos quince puntos de venta, aproximadamente, y después ver cómo evoluciona la demanda. Pero, como te digo, también lo consideramos como un proyecto de realización personal, para satisfacer objetivos propios. Hemos probado la bicicleta, hemos contado con la ayuda de expertos… Y, en general, las reacciones han sido muy buenas.
¿Con qué gama nacéis?
Empezamos con dos cuadros Rally, con ruedas de 27,5 y 29 con distintos montajes. La idea no es hacer una bicicleta económica sino perfecta, lo que nos da una gama de dos cuadros con tres opciones de montaje y una edición limitada de 25 unidades. ¿Precios? La más económica cuesta en torno a 3.000 euros, y la más cara casi 6.000.
Por supuesto, hay que preguntarte por Dahon y Bobbin…
Ambas marcas viven un buen momento. Dahon ocupa un lugar muy importante de nuestro negocio, vendemos muchas unidades, estamos muy contentos. Bobbin está en otra dimensión, hay mucha competencia y estamos un punto por encima en cuanto a calidad y precio, por lo que no es sencillo encontrar el público, pero poco a poco lo vamos logrando. El ciclismo urbano sigue siendo un terreno complicado en España, la situación en las ciudades no la ideal, pero tarde o temprano las cosas irán cambiando.