Este año fue una versión reducida y acelerada de una sola jornada, que se celebró en Valladolid gracias al patrocinio de la Agencia Municipal de Innovación y Desarrollo Económico de esa ciudad.
Bicity, una propuesta realmente brillante, es poco menos que una microaceleradora de proyectos empresariales dirigida a emprendedores del sector de la bicicleta, pilotada con maestría por la gente de Enviroo, empresa especializada en este tipo de iniciativas. Pero es, además de eso, un espacio de encuentro realmente incomparable donde compartir inquietudes, visiones e ilusiones de una manera cercana e intensa entre gente preocupada en hacer del uso de la bici una práctica digna, deseable y excelente.
Es difícil expresar lo que pasa en esas sesiones donde los participantes concursan y colaboran en dar forma a ideas, que muchas veces son puras entelequias, y donde los promotores no seleccionados ayudan a dar forma y mejorar los proyectos de los elegidos, con un compromiso y un ánimo tan ejemplares y desinteresados como inusuales en una sociedad que todavía no sabe trabajar de manera colaborativa. Este es el gran mérito de esta iniciativa. Este y proporcionar difusión a los proyectos premiados, que este año han sido especialmente representativos del estado de la cosa ciclista en este país de países.
En beneficio social
Este año ha ganado un proyecto que no tiene un interés económico y que lo que busca es un beneficio social. En un mundo donde la crisis económica ha capitalizado el interés y la atención colectiva, el valor social y las actividades sin ánimo de lucro han quedado relegados a un segundo plano.
Así, parece casi descabellado y hasta desconsiderado proponer en un espacio de carácter empresarial, como es el que ofrece Bicity, una iniciativa de estas características. Pero la potencia del proyecto y la maestría de Dani Ruiz de la empresa Txita para exponerlo y defenderlo han demostrado que el beneficio social no sólo no carece de sentido en el mundo del emprendimiento sino que puede convertirse en un sector esencial en el desarrollo de ciudades conscientes, inclusivas y amables con sus personas.
Cycling Without Age (En Bici Sin Edad) es un proyecto cuya misión es pasear a personas mayores en ciclotaxis por recorridos urbanos conducidos por voluntarios. Así de sencillo. Así de bonito. Así de potente. Esto, que en sí mismo no es más que una reunión de voluntades que persiguen prestar un servicio social realmente extraordinario, por entrañable y pintoresco, puede aportar a las ciudades que lo adopten una imagen incomparable de amabilidad, respeto e inclusión tanto hacia nuestras personas mayores, muchas veces confinadas en residencias o en sus propios domicilios, como hacia la bicicleta como medio de transporte.
Este doble valor hace que la iniciativa, que viene, como no es de extrañar, de Copenhague, pueda conseguir mucho más por la significación del trato hacia las personas mayores y hacia las bicicletas que muchas campañas e inversiones millonarias. Esto, de hecho, es lo que encandiló al público y al jurado de Bicity.
Aparcamiento y cultura
Los otros dos proyectos premiados, de entre los 14 presentados, atendían dos aspectos cruciales para el desarrollo de la bicicleta en nuestro país. “E-park” proponía un aparcamiento seguro, modular y con posibilidad de alojar y recargar bicis eléctricas y otros gadgets, alimentado por energía solar y sin obra civil y “Vino, vidi, bici” es una iniciativa de maridar el conocimiento de una ciudad y un entorno con valores patrimoniales tan excepcionales como Valladolid (monumentos, Canal de Castilla, enología y gastronomía) con la práctica de la bicicleta.
Está claro que los tres proyectos seleccionados en esta edición de Bicity son muy representativos de lo que le falta ahora mismo al escenario de la bicicleta como medio de transporte y locomoción que son: reconocimiento social, soluciones de aparcamiento seguro y promoción de actividades culturales y turísticas. Claro que hay más aspectos importantes en el desarrollo, promoción y normalización de la bicicleta, pero estos, sin duda, son tres de los más importantes y de los más desatendidos por la administración y también por la iniciativa privada, mucho más centrada en la implementación de infraestructuras o en la comercialización de bicicletas y mobiliario y accesorios para las mismas.